Fotografía original de Florian Bong-kil Grosse
Manifiesto
“La sociedad es un texto. La naturaleza y sus representaciones científicas son “discursos”. Hasta el subconsciente está estructurado como un lenguaje. Me gustaría sugerir que ésta ansiedad, esta necesidad de defender “nuestra habla” contra “lo visual”, es un síntoma claro de que está teniendo lugar un giro pictorial.” [1]
“Pero el giro pictorial no es la respuesta a nada. Es sólo una manera de comenzar la pregunta.”[2]
“Lo que se llama imagen es un elemento dentro de un dispositivo que crea un cierto sentido de realidad, un cierto sentido común. Un “sentido común” es antes que nada una comunidad de datos sensibles: cosas cuya visibilidad se supone que es compartible por todos.”[3]
“Parece ser obvio que la era del video y la tecnología cibernética, la era de la reproducción electrónica, ha producido nuevas formas de simulación e ilusionismo visual con un poder sin precedente.”[4]
[5]“Los seres vivientes se dejarán atravesar en cierto modo por aquellas acciones exteriores que les son indiferentes; las otras, aisladas, a causa de su mismo aislamiento pasará a ser percepciones”
“La CNN nos ha demostrado que una población supuestamente despierta y educada (por ejemplo, el electorado americano) puede ser testigo de la destrucción masiva de una nación árabe como si contemplara poco más que un melodrama televisivo espectacular, que incluso contiene una simple narrativa del triunfo del bien sobre el mal, y que se borrará rápidamente de la memoria pública.” [6]
“El testigo más profundo, en el segundo sentido, será no el que observa o ve, sino al contrario, aquel que ve el testigo superficial en el primer sentido: habría entonces un verdadero intercambio de la función-testigo.”[7]
 “Nosotros percibimos la cosa, menos lo que no nos interesa en función de nuestras ne cesidades. Por necesidad o interés ha de entenderse las líneas y puntos que retenemos de la cosa en función de nuestra faz receptora, y las acciones que seleccionamos en función de las reacciones retardadas de que somos capaces.”[8]
“La manera más fácil de explicar todo esto es decir que, en la era del “espectáculo”, y de la “vigilancia” y de la fabricación extendida de imágenes, aún no sabemos qué son las imágenes, cuál es su relación con el lenguaje y cómo operan sobre los observadores y sobre el mundo, cómo se debe entender su historia y qué se debe hacer con, o acerca de, ellas.”[9]
“Los signos de este mensaje no proceden de una reserva institucional, no están codificados, y nos enfrentamos con el hecho paradójico (sobre el cual volveremos más adelante) de un mensaje sin código.”[10]
“La actividad del espectador (la visión, la mirada, el vistazo, las prácticas de observación, vigilancia y placer visual) puede constituir un problema tan profundo como las varias formas de lectura (desciframiento, decodificaciones, interpretación, etc.) y puede que no sea posible explicar la experiencia visual o el “alfabetismo visual” basándose sólo en un modelo textual.”[11]
[12]“El cociente poder / conocimiento de la cultura visual contemporánea, de los órdenes no discursivos de representación, resulta demasiado palpable, está demasiado inmerso en las tecnologías del deseo, de la dominación y la violencia, demasiado saturada de los restos de la cultura corporativa neofascista y global para poder ignorarlo.”
“Cualquier persona que pertenezca a una sociedad real tiene siempre a su disposición un saber superior al saber antropológico y percibe algo más que lo puramente literal. […] El desembarazarse de forma utópica de sus connotaciones tornaría la imagen radicalmente objetiva, es decir, por fin inocente.”[13]
“Esta opinión es ampliamente aceptada porque confirma la tesis tradicional que pretende que el mal de las imágenes es su número mismo, dado que su profusión invade inapelablemente la mirada fascinada y el cerebro reblandecido de la multitud de consumidores democráticos de mercancías y de imágenes.”[14]
“El problema no es oponer la realidad a sus apariencias. Es construir otras realidades, otras formas de sentido común […] Las imágenes cambian nuestra mirada y el paisaje de lo posible si no son anticipadas por su sentido y no anticipan sus efectos. Ésta podría ser la conclusión en suspensos de esta breve indagación.”[15] 
[1]W. T. J. Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 19.
[2]Ibid, p. 30.
[3]Jacques Rancière, El espectador emancipado, Buenos Aires, Ediciones Manantial, p. 102.
[4]W. T. J. Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 22. 
[5]G. Deleuze, La imagen-movimiento, Barcelona, Ediciones Paidós, 1983, p. 95. 
[6]W. T. J. Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 23. 
[7] G. Deleuze, Lógica de la sensación, Editions de la différence, 1984 P. 45. 
[8] G. Deleuze, La imagen-movimiento, Barcelona, Ediciones Paidós, 1983, p. 97. 
[9] W. T. J. Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 21. 
[10] R. Barthes, Lo obvio y lo obtuso, Barcelona, Ediciones Paidós, 1986, p. 33. 
[11] W. T. J. Mitchell, Teoría de la imagen, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 23. 
[12] Ibid, p. 30. 
[13] R. Barthes, Lo obvio y lo obtuso, Barcelona, Ediciones Paidós, 1986, p.39. 
[14] Jacques Rancière, El espectador emancipado, Buenos Aires, Ediciones Manantial, p. 96. 
[15] Ibid, p. 102.
Cogito, ergo sum
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Cogito, ergo sum

Hoy estamos rodeados de imágenes numéricas. Imágenes que ya no son proyecciones ópticas de un objeto, imágenes que ya no son representaciones de Read More

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