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El ruso que sabía hablar inglés / Viaje de Arquitectura


EL RUSO QUE SABÍA HABLAR INGLÉS

Con nuestra camioneta y una camioneta amiga, decidimos no hacer la excursión de Rusia. Nos mandamos por la nuestra. Reservamos hospedaje, pasajes, dejamos la camioneta en el aeropuerto de Helsinki (porque el seguro de la camioneta no nos cubría en Rusia) y nos fuimos. Apenas entramos al país más grande del mundo, notamos algo particular que no nos había pasado mucho hasta ese momento: la incapacidad casi total para comunicarnos.

Los rusos no son muy de hablar inglés. Y si lo hablan, es muy básico y no lo hacen con mucha onda. Me imagino que el inglés les debe recordar a los norteamericanos, esos con los que no está todo bien desde hace un tiempito. Mucho menos desde la Guerra Fría, que cuando la perdieron su modelo político-económico cayó, tal como el muro de Berlín.
Bueno. En fin. No hablan mucho inglés.

Nos estábamos por ir de San Petersburgo a Moscú en tren. Y ahí empieza esta historia.

23.00. Una hora antes de que saliera el tren a Moscú, con mi novia nos separamos del grupo y decidimos ir a cenar algo a un bar irlandés al que habíamos ido el día anterior y que quedaba a unas cinco cuadras de la terminal. Nuestra memoria nos falló y en realidad el bar quedaba a unas quince cuadras (ups). Y además, nos perdimos un poco (uuupss 2). A las largas, encontramos el bar. Comimos y tomamos algo rápido y me llega un whatsapp de un compañero de camioneta: “Mandame los pasajes”. Yo tengo la captura de pantalla de la confirmación de compra. Mi novia tiene la captura de pantalla del estado de cuenta de la tarjeta, donde dice que ya nos cobraron. Pienso que con eso basta, porque es lo que tengo. Lo mando y nos vamos del bar.

23:45. Llegamos a la estación. Tranqui. Encontramos la plataforma y el andén. Nos juntamos con nuestros compañeros. Ahí me dicen “Estos no son los pasajes. Mirá los de la otra camioneta, tienen código de barra y todo”. Claro. Son pasajes de verdad y no una captura de pantalla de una página web. Igual pienso que no va a haber problema y nos dirigimos a la puerta del tren.

23:47. Hablamos con la persona que cuida la puerta del tren y nos pide los datos. No sabe inglés. Le digo mi nombre y lo escribe en ruso. No le aparece. Claro. Yo no lo escribí en ruso. Ella no puede escribirlo en letra occidental en su buscador de Blackberry. “Tickets” me dice. Le muestro desde la tablet la captura de pantalla de la confirmación de compra y la del estado de cuenta del banco. No entiende nada. Le muestro el pasaporte. Nada. No estamos en la lista. Nos pide que nos corramos así dejamos pasar la gente. No podemos subir.

23:49. Nuestra desesperación e intentos de explicarle con señas de que ya pagamos los pasajes, que por favor no nos robe y nos dejen entrar al tren de una vez, junto a la cara de desconcierto de la funcionaria rusa y su inminente falta de paciencia y próximamente de compostura, le llama la atención a un hombre local, corpulento, alto, de gabardina, con gesto serio y preocupado.
Se nos acerca y ahí ocurre el milagro: NOS HABLA EN INGLÉS.

Any problem? Do you need help?
YES, PLEASE! Look. We bought the tickets online. But they didn’t email us the boarding passes. Here we have the web confirmation screenshot, with our names and everything, and in our bank account it appears that we already paid for the tickets, but she doesn’t let us in without the boarding passes!
Okey. I understand.

El hombre se dirige a la funcionaria.
Посмотрите. Пусть эти парень в . У них есть веб- подтверждение и на банковском счете оказывается, что они уже платят билеты
La funcionaria le responde.
Извините. Но без билетов , они не могут войти . Они должны пойти в кассу
Nosotros miramos con desconcierto. El hombre se dirige a nosotros.
You have to go to the tickets office and try there.
Ok. Where is it?
Inside the building. You go right. Then left. Then, straight ahead. Then right again at the end of the hall.

No entendí nada y no podía creer en la situación en la que estábamos metidos.
Sorry. I can't remember what you just said.
I’ll go there with you. Let’s go!

23:52. Salimos corriendo con el ruso hacia la boletería. Yo me río, porque cuando me estreso, me río. Mis compañeros me quieren matar. El ruso me mira serio.
This way!
Todos corremos lo más rápido que podemos, pero sin adelantarnos al ruso.
En mi mente se sucede la siguiente línea de pensamiento: ¡La puta madre! - ¿Qué hice con la mochila? Ah. La dejamos con los pibes de la otra camioneta - Ojalá que nos dé el tiempo, seguro que son puntuales los rusos - ¡Espero que si no llegamos los pibes no nos dejen tirados! Quedamos con el pasaporte nomás - ¿Dónde mierda queda esa boletería? - ¿Cómo fue que llegamos a esta situación bizarra? - ¡Me parece que llegamos! ¡Vamoooo!

23:56. Exhaustos, llegamos a boletería. Hay uno adelante nuestro. Demora poco, pero parece mucho. Se va. Nos toca a nosotros. El amigo ruso que habla inglés se dirige a la señora de la boletería.
Эти ребята заплатили билеты , но они не отправляются по почте . У них есть подтверждение покупки и все . Если вы получаете паспорт , вы можете распечатать билеты ?!

La mujer asiente y el ruso nos dice “Passports, passports!”
Le damos nuestros pasaportes a la señora y sale corriendo ¡con nuestros pasaportes! “¡A dónde se fueeeee!” (no sé si lo pensé o lo dije). La señora demora un minuto que parecen diez. Vuelve. Nos devuelve los pasaportes. ¡Festejamos! Nos estamos yendo, la mujer nos grita, ¡y ahí nos damos cuenta que no nos había dado los pasajes! Volvemos. La mujer los estaba imprimiendo. Salen todos. Vemos nuestros nombres. Todo OK. Salgo con todos los pasajes en la mano. Los reparto a medida que volvemos corriendo.

23:58. Vamos corriendo de vuelta al tren. Todos le hablamos al ruso. “¡Gracias!” “Thank you!” “Thank you so much!” “You saved us. Thank you!” “You are a genius!” “¡Capooooo!”
El ruso asiente con la cabeza, serio, casi inexpresivo y corriendo con nosotros.
You’re welcome. Where are you from?
Uruguay! Luis Suárez!
Ah! Ok. Ok.

Lo abrazamos. Le chocamos los cinco. Nos mira raro. Siento que quedó contento por habernos ayudado, pero que su cultura no le enseña a expresarlo de la misma manera que nosotros. Vamos a la puerta del tren. Los pibes nos estaban esperando y nos agitan que nos apuremos, que ya sale.

00:00. Le damos los pasajes a la señora de la puerta con el Blackberry que antes no nos dejaba entrar y nos dice que entremos. El tren empieza a vibrar. Al entrar, notamos que nuestro amigo salvador se va a otro andén del tren y ahí nos damos cuenta de que era un pasajero más. No era parte de la empresa. No era parte de la terminal. Era un señor que pasaba, tranquilo, a tiempo para llegar a su camarote y ponerse cómodo para un largo viaje a Moscú y se cruzó con un grupo de jóvenes uruguayos que no entendían nada y que estaban en el horno. Vemos que también se sube al tren y llega a tiempo. La señora de la puerta nos pide que entremos que ya se van a cerrar las puertas. Arranca el tren. Se mueve.
Inexplicablemente todo salió bien. Y encima nos quedamos con una anécdota. Gol.
El ruso que sabía hablar inglés / Viaje de Arquitectura
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El ruso que sabía hablar inglés / Viaje de Arquitectura

Escribí una anécdota del Viaje de Arquitectura y salió en el libro Moleskine 2 / Unplugged, desarrollado por el grupo docente PLEXO con aportes d Read More

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