El proyecto nace de una aproximación inicial al estadio y alrededores, donde una primera mirada inocente permite detectar ciertas carencias en éstos. La heterogeneidad del lugar hace que el edificio pierda su carácter monumental e independiente y se lea como un residuo en medio de la ciudad. Y esto es justo lo que no se merece una ciudad que destaca por tener el mayor porcentaje de seguidores y abonados en relación al número de habitantes. El apoyo de la afición es enorme y es ahora cuando el Club quiere devolverle a la ciudad esa confianza y ese gran sustento.
Por esta razón se redefinen los espacios públicos colindantes al estadio generando una sucesión de espacios verdes que consiguen estructurar de forma ordenada y coherente los alrededores del estadio, siempre de forma respetuosa y dirigiendo la mirada a una mejora de la planificación estructural de la ciudad ganando en homogeneidad. Nuevos espacios que el Villarreal C.F. le regala a sus habitantes durante la semana y estos se los ceden los días de partido, creando un vínculo perfecto entre ambos. Por ello se han tenido en cuenta estos dos factores para el diseño de la Plaza Labrador: el ciudadano que atraviesa la plaza diariamente tendrá distintos recorridos para atravesarla fácilmente desde cualquiera de sus diagonales; a su vez, los aficionados disponen de recorridos que se abren desde los principales puntos de acceso a la plaza hacia las puertas del estadio. La ejecución de todos estos caminos genera interesantes intersecciones, formas geométricas que se entrelazan, dando como resultado espacios verdes de descanso y sombra para que el ciudadano habite la plaza de forma agradable.
Se busca dar un respiro en esta parte de la Ciudad. Aires renovados que a su vez transmitan tradición.
Bajo estas premisas se propone la creación de 4 piezas escultóricas que por repetición abrazarán el estadio creando una nueva envolvente que une fachada y cubierta. Estas piezas se basan en la deconstrucción de diferentes iconos representativos del fútbol que por su propia geometría se adaptan a cada una de las múltiples irregularidades del actual estadio, además la superposición entre ellas consigue diferentes aberturas de ángulos agudos y obtusos, nunca rectos, lo que sugiere movimiento y adaptación arquitectónica a lo ya existente. La geometría se convierte en una tipología poliédrica con diferentes planos facetados como si de una escultura tallada a mano se tratara. Absorbe un carácter más artesanal, natural y auténtico y se presenta al exterior como un objeto expresado desde su totalidad, un volumen de facetas simples y angulares con una geometría prismática que modifica los paramentos rígidos del modelo originario.
Cada una de las piezas generadas es revestida por cerámica, ésta es en forma de hexágono, una única forma para conseguir la homogeneidad que se persigue para el estadio. Sin embargo esta forma hexagonal se trabaja de forma especial en algunos puntos claves, aumentará de espesor o se convertirá en celosía según lo requieran las necesidades internas del edificio. Se configura así una colección de cuatro piezas cerámicas.
Panel presentado para el Concurso de Ideas de diseño de una nueva envolvente para el Estadio de fútbol El Madrigal del Villarreal C.F.
