Dismorfobina, una droga invisible e ilimitada, al alcance de todos, que provoca un rechazo irracional por tu propio cuerpo y tu propia realidad. (No hay advertencias en las indicaciones de pensamiento y la posología es libre a interpretaciones.)

El principal responsable de su fabricación es la sociedad de consumo, bombardeandonos siempre con imágenes e ideales, que suscitan el deseo de una vida confusamente prefecta; El juguete perfecto, la altura perfecta, los amigos ideales...Esto, lejos de motivarnos, nos hace receptores de un mensaje silencioso que se va asentando poco a poco en nuestra mente. Un mensaje que nos anima a la búsqueda de nuestra imperfección y que solo encuentra falsas promesas.

Dismorfobina trata sobre el reflejo mental inconsciente que se genera por la imagen distorsionada del yo, al ser comparada con las ideas sugestivas que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida.

En este proyecto podemos ver como la perfección de ser tan solo humano, se ve distorsionada por nuestra mente, que deforma nuestro cuerpo, nuestros actos, nuestros sueños y nuestra identidad. Todo dentro de una inútil e infinita búsqueda por ser lo que no somos.

Se expone en la galería The Private Space Gallery: