Perú (Chiclayo, Ayacucho)

Normalmente si se va a viajar se planea, digo simplemente planear porque el verbo encierra todo lo que básicamente se tiene en cuenta antes de armar maleta e irse. Este viaje fue diferente, tuve menos de un instante para decidir, recibí un mensaje en el chat, ¿Tienes pasaporte? respondí -sí-, ¿quieres ir a Perú? -Si claro-. Me encontré con el encargado del viaje, me explicó que un integrante del grupo había cancelado por lo tanto había un tiquete disponible, me dijo, salimos mañana al medio día. Dije –listo-. Tuve tiempo apenas para reprogramar unas actividades que tenia planeadas, alistar maleta, llamar para cambiar el nombre del tiquete y listo. Viajé a Perú con el imaginario que tenía, sin alguna investigación previa acerca de los lugares que iba a conocer, fui básicamente a acompañar un grupo artístico del lugar donde estaba trabajando en ese momento, iba a hacer un registro fotográfico de la participación de dicha agrupación en algunos eventos y festivales, la idea de viajar fue emocionante, iba sin expectativas, sin alguna idea previa, solo el imaginario que todos podemos tener de un lugar, por lo que hemos visto o siquiera escuchado. Nuestra primera parada fue en Chiclayo, al norte del país, recorriendo todo el Pacífico peruano. Cuando el grupo no estaba en presentaciones, visitábamos algunos lugares turísticos, entre esos el Puerto de Pimentel, un puerto solitario, según los habitantes estaban en invierno, el cielo gris, pocas personas, una luz neutra, el agua fría, bastantes olas y brisa. Hice algunas tomas en el poco tiempo que teníamos, mientras muchos disfrutaban de la playa yo recorría el puerto observando las dinámicas de los trabajadores y personas que parecían frecuentar el lugar.

Luego de visitar Chiclayo viajamos 10 o 12 horas aprox. en carretera hasta Lima, donde tuvimos unas horas para conocer, ya que viajaríamos otras ocho horas en bus hasta Ayacucho nuestra segunda parada, el viaje fue algo incómodo no lograba conciliar el sueño por lo tanto tuve la fortuna de contemplar el amanecer, el paisaje era hermoso, luego de ver solo canteras por un lado y el mar gris del Pacífico peruano hacia el otro lado, llegar a este segundo destino fue encontrarse con la sierra, las cordilleras, el páramo, ver como la puesta del sol dejaba ver los colores característicos de la región, tenía el celular sin batería, e iba incómoda en la silla con mi maleta de mano y la cobija que prestan en la noche en el bus, no tuve ni la intención de sacar la cámara de la maleta para hacer tomas del paisaje, quedó en mi memoria. Llegamos finalmente. Ayacucho un lugar muy bello, lleno de cultura y tradición. Al igual que en Chiclayo en los tiempo libres lograba hacer fotos de lo que más me llamaba la atención, estando allá e incluso cuando llegué a mi casa a revisar el material, me di cuenta que estaba muy atraída por tradición de estas mujeres Ayacuchanas, verlas con sus mantas a sus espaldas para cargar sus bebes , el mercado o mercancía, me parecía que era algo que caracterizaba el lugar , no podía evitar hacer fotografías de ellas, verlas caminar con tal ligereza y fuerza. Ayachuco en verdad es un lugar mágico, se respira cultura, música y tradición.

El grupo artístico al que estaba acompañando tuvo la oportunidad de presentarse en el Puericultorio "Juan Andrés Vivanco Amorín", los niños como siempre alegrando el día, nos llenaron de sonrisas fueron un público espectacular, dispuesto y lleno de curiosidad por el espectáculo que estaban presenciando. En algún momento entre a la biblioteca del lugar y me llamó bastante la atención que había una sección dedicada específicamente a textos en “quechua” lo que reafirmaba aún más la idea de patrimonio y tradición de la región.

En medio de los imaginarios que tenía de Perú y del asombro que sentía por su cultura, también recordaba lo que nos contaba el taxista que nos recogío en el aeropuerto de Lima pasando cerca al el Muelle del Callao, hablaba de los constantes enfrentamientos entre las pandillas o delicuencia común que se vivenciaban en la zona, no solo de Lima sino también provenientes de Colombia y Mexico llegaban a ocacionar conflicto a causa del expendio de cocaina. La violencia es un común denominador dificil de ovbiar. Más adelante nos encontramos con el docuemental de "Los Cabitos" un capitulo de la historia de Ayacucho bastante fuerte lleno de violencia, sufrimiento y para las familias ayacuchanas.

El viaje en Perú termina en Vilcashuaman, un hermoso lugar a 3490 msn , dentro del departamento de Ayachuco. Algo de historia sobre la Cultura Inca, ruinas Incas, pequeñas lecciones de "Quechua" por parte de un par de niñas encantadoras, leyendas sobre los Jarjachas, mis tobillos picados e inflamados por unos insectos, algo de frio, experiencias nuevas, unos tragos de Pisco, sonrisas y personas nuevas. Siempre he pensando que en un viaje, además de conocer un lugar , una cultura nueva ,es reencontrarse y conocer algo de sí mismo que aflora en tierras lejanas.

No me queda más que decir, hasta un próximo encuentro.

“Tupananchiskama”

Perú , Septiembre del 2015

Karen Stefany Bejarano Torres