Ya sabéis lo que hago mientras estoy en una call conference, en manos libres. Una parte de mi cerebro escucha, presta atención, asiente educada y formalmente mientras trato de entender las complicadas palabras marketinianas que decimos en cada presentación. En cada reunión a distancia. Y mientras tanto, otra parte de mi cerebro coge el boli o el lápiz, lo que tenga en la mano, se deja llevar y hace estas chorradas.

 

Envidio mi mano. Últimamente se divierte mucho más que mi cabeza. Y creo que al mundo le hace falta más manos libres y menos cabezas.