El concepto del trabajo es “diario de ingenuidades” en el que se desarrollan las ideas del artista. Oliver dijo “Miro el mundo, anoto ideas” y de ahí salió la idea de que sea el diario que el lleva a todas partes donde anota sus ideas y las dibuja, ya que el cuenta que sus historias salen de lo cotidiano, de las cosas que suceden en la vida, allá afuera, y por eso siempre carga su cuaderno y un lápiz para luego exagerar esas historias. “No permitas que la verdad arruine una buena historia” cuenta él en una entrevista, por eso sus historias tienen ese algo creíble pero exagerado y a la vez ingenuo en sus trazos y en el cuento. El libro quiere mostrar  sus ideas frescas, la naturalidad de sus trazos, la ingenuidad de sus personajes, lo orgánico en sus letras y lo espontáneo en la composición. Por eso a veces se va       a ver que el texto se va un poco de la grilla, porque cuando uno anota a veces pierde la noción de respetar el margen o los renglones. Las tachaduras, flechas, los aumentos en el tamaño, los resaltes en color, la cinta  scotch, los cortes orgánicos de los papeles, los subrayados, los asteriscos y los trazos en lápiz todo eso responde constantemente a lo informal y desestructurado del diario propio, de uno, donde uno muestra  su mundo en su máximo esplendor.