Vacuo

“La vida y los sueños son páginas de un mismo libro; leerlo en orden es vivir; ojearlo es soñar”

A. Schopenhauer.

Insustancial, falto de contenido, ausente, o cualquier otra tentativa de definición, pareciera evaporarse al instante de hablar de lo que nos falta (o al menos presentimos) y cuando lo intentamos, es siempre, o demasiado literal o demasiado abstracto, y oscilamos por momentos en ese espacio (¿o tiempo?) suspendido entre las palabras y las cosas, sin tocar punto de referencia fijo, que nos brinde la confortable certeza de “la realidad”.
Intersticio inhabitable, sin entidades, en el que habría solo figuras fantasmáticas, prolongándose en una atmosfera que tanto puede ser infinita como reducirse a nada, pues cuando esas figuras nos devolvieran el rostro, ya no estaríamos aquí, o no lo estaríamos todavía, sería siempre demasiado tarde o demasiado pronto, nunca ahora ¿Qué nos plantearían entonces esas figuras si el encuentro es imposible? Ya lo sabremos quizá, cuando estemos nosotros inmersos en esa sensación de falta (o al menos presentiremos) y cuando lo intentemos, será siempre, o demasiado literal o demasiado abstracto, y oscilaremos por momentos en ese espacio (¿o tiempo?) suspendido entre las... más bien estamos como al principio.

Daniel Aguilar