En el origen el rap fue del barrio, del negro, del pobre arrecho y rebotado.
Un desahogo pero también una forma de resistencia y creación frente a la opresión política, económica y cultural.
La hegemonía compró, saboteó y manipuló, para que esa rolo de arma comunicativa se distrajera en la frivolidad y el chigüireo. Unxs cuantxs cayeron en la trampa pero nadie controla el contagio, y hoy el rap sigue produciendo gritos de guerra contra la colonia y las mentiras del poder.
El Movimiento Organizado en Tiempos Anacrónicos (Mota) tiene en esta PLOMo la palabra. Para pensarnos el rap, que se ha regado en la Venezuela bolivariana como el Ébola en África. Para discutirlo desde la mirada crítica, cuestionada y contra el fetiche; por y para los pobres de la tierra organizadxs, sin cadenas de oro ni efectos especiales. Eso que en el ECL llamamos ÑANGARAP.
Un desahogo pero también una forma de resistencia y creación frente a la opresión política, económica y cultural.
La hegemonía compró, saboteó y manipuló, para que esa rolo de arma comunicativa se distrajera en la frivolidad y el chigüireo. Unxs cuantxs cayeron en la trampa pero nadie controla el contagio, y hoy el rap sigue produciendo gritos de guerra contra la colonia y las mentiras del poder.
El Movimiento Organizado en Tiempos Anacrónicos (Mota) tiene en esta PLOMo la palabra. Para pensarnos el rap, que se ha regado en la Venezuela bolivariana como el Ébola en África. Para discutirlo desde la mirada crítica, cuestionada y contra el fetiche; por y para los pobres de la tierra organizadxs, sin cadenas de oro ni efectos especiales. Eso que en el ECL llamamos ÑANGARAP.
