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Teorías Urbanas: Bucaramanga, Colombia

Clase: Teorías Urbanas
Profesor: Camilo Salazar
Semestre: 2012-2
Autor: María Isabel Yáñez
 
Teorías Urbanas: Bucaramanga, Colombia
 
Para entender los trazados y funcionamientos de una ciudad es necesario hacer un análisis desde sus orígenes. El trabajo integra la investigación de una ciudad a través del tiempo, en este caso Bucaramanga.  
Bucaramanga. Real de Minas y su fundación
 
“… Horizontes dilatados y bellos… Un cielo azul moteado caprichosamente de amarillo, blanco y rosa, sirve de palio a la campiña, dorada por los rayos solares. Los atardeceres policromos copian el sello característico de los paisajes llaneros” (Valderrama Benítez, 1940, p. 21). Esta es Bucaramanga, capital del departamento de Santander, que se inicia como una villa poco significativa a las orillas del Río de Oro, pero que con el pasar del tiempo gana importancia hasta llegar a ser hoy la “Ciudad de los parques”.
 
Hacia 1552, las explotaciones auríferas emprendidas por los españoles atrajeron mineros al valle donde se edificaron tambos cerca de la desembocadura de la “Quebrada de la Iglesia”, en el Río de Oro. Allí se edificó un templo de palos y paja, lugar donde el 22 de diciembre de 1622 se celebró la misa de fundación de Bucaramanga por Miguel de Trujillo y Andrés Páez de Sotomayor (Valderrama Benítez, 1948, p. 17). Desde su fundación, la ciudad crece debido a la movilidad de mano de obra indígena, especialmente de las tribus Guanes, Yariquíes y Chitareros que se sitúan junto al río para los lavados de oro. Las orillas del Río de Oro son de gran importancia  comercial, como un punto de tráfico entre la costa atlántica y Venezuela. Por otro lado, el Río de Oro era un punto de intercambio de mercancía desde Cartagena. Otra razón de su asentamiento fue la necesidad de una administración y organización que facilitara la enseñanza religiosa (Asociación Nacional de Industriales. 1962, p.1).
 
Una vez fundada la ciudad, Bucaramanga debe regirse a las formalidades que consistían en el trazo de plazas y calles, reparto de solares destinados al asiento y edificación de sólidas mansiones para blancos españoles, criollos y mestizos, señalamiento de tierras, construcción de iglesia y casa cural, designación de autoridades como alcalde propio, regidores, colector de rentas y escribano público (Empresa de desarrollo urbano, p.24). Sin embargo, Real de Minas nunca fue pensado como una nueva ciudad colonial sino como un asentamiento donde se practicara la minería. Según Rodríguez (2009), las diversas rancherías de lavadores de Bucaramanga llegaban a los 214 habitantes en 1647, número que se duplica hacia 1799 con un total de 568 habitantes. Lo que indica que si bien el crecimiento poblacional en 25 años es representativo, no resulta significativo con respecto al tamaño de otras ciudades.
 
Bucaramanga desde su fundación hasta finales del siglo XIX se caracteriza por tener espacios públicos categorizados según su función, con vías diseñadas según el tráfico peatonal y animal, y un trazado reticular definido por las Leyes de Indias. Se observa en el Plano 1, la ortogonalidad del trazado de la ciudad, partiendo de una plaza central donde se concentran los poderes administrativos y donde ocurren actividades comerciales o de mercado. En ella está la Iglesia de San Laureano caracterizando la plaza también como un punto importante religioso. De allí se expande la ciudad con pocos ranchos y pequeñas casas de un piso. Las zonas verdes públicas aparecen al exterior de la ciudad y en el interior de las manzanas. (Bucaramanga. Alcaldía. Consejo Municipal, 1995, p.70).
 
La imagen 1 es una perspectiva de una de las calles de Bucaramanga. La vía de piedra para los peatones y animales está definida por las casas de un piso, elaboradas con materiales del lugar. “De bahareque maltrecho, cubierta de pajas, forma coniza, puertas bajísimas, es la oscura y lóbrega vivienda del infeliz habitante” (Sarmiento de Quiñones, 1956, pp.28-29). Durante el siglo XVII no se edificó ninguna casa de tapia, madera y tejas, pero sí en el siglo XVIII. Por otro lado, la imagen también muestra  algunos habitantes con sus trajes típicos; blusas blancas con encajes de colores, chales y ponchos, faldas largas, alpargatas y sombrero. Este último artículo es de gran importancia ya que la industria de los sombreros Jipi-Japa llenaba de íntima satisfacción a los comerciantes extranjeros.
 
Según Navarro (1990), desde 1825, una corriente migratoria de ingleses, alemanes y franceses se integró al desarrollo de Bucaramanga con ideas renovadoras, sobretodo en el avance industrial y agropecuario. El lavado de oro,  la industrialización y comercialización de productos como el café, permitieron avanzar a los bumangueses como proveedores de los mercados del antiguo continente y afianzaron el destino del pueblo. 
Los tejidos y el trazado de Bucaramanga desde su origen son el resultado de una ciudad rica en espacios verdes y espacios públicos, acompañado de un aprovechamiento de elementos geográficos, hídricos y recursos naturales que serán el fruto de una ciudad ejemplar. 
Bucaramanga. La industrialización generadora de la Ciudad de los Parques (1850-1950)
 
La ciudad de Bucaramanga desde su fundación se caracteriza por tener un trazado urbano determinado por las Leyes de Indias. Durante la industrialización, la ciudad se transforma y se expande siguiendo ese trazado pero convirtiendo las calles de flujo peatonal y animal en perfiles destinados al vehículo y al comercio. De allí se derivan plazas y parques generadores de distintas actividades y por otro lado nuevas edificaciones con diversos materiales.
 
La foto de la Plaza García de Rovira muestra el contraste entre la vida de las carretas tiradas por animales y la del automóvil por su aparición en los años 20s. La ciudad debe adaptarse a los cambios tecnológicos por lo que la forma urbana cambia como es el caso de los perfiles viales y las fachadas de las edificaciones. La casa de bahareque permanece hasta los años 30s. “Hasta entonces , los inmuebles de la ciudad se habían construido con materiales propios de la tierra: tejas de arcilla cocida para la cubierta, que se colocaba sobre una estructura de vigas y varas de madera, haces de caña brava y barro, sostenida por gruesos muros de tapia pisada” (Navarro, 1990, p.14). Es notable la ausencia de edificios altos, por lo que cabe resaltar que recién en 1882 se construyó la primera edificación con un segundo piso; el “Edificio Clausen” tenía grandes ventanas decoradas con llamativos arcos.
 
Se ve la plaza además como un punto importante de la ciudad donde ocurren actividades comerciales y públicas. Por otra parte, el plano hace referencia a la expansión de la ciudad en los años 40s debido al alto crecimiento poblacional que viene desde los años 20s, donde según Valdivieso, el número de habitantes se duplica de 24.919 a 51.283. Durante este período, la ciudad crece en sentido norte-sur a lo largo de los caminos que conducen a Rionegro y Florida, gracias a la construcción de puentes como el puente del Comercio sobre la carrera 15 o el de la Avenida Camacho (carrera 19).
La traza de Bucaramanga está regida por la división de la ciudad en áreas caracterizadas por el uso y función del suelo urbano, donde los barrios se unen alrededor de ejes viales. Se tiene como punto de partida las iglesias como la de San Laureano para zonificar la ciudad. En la Plaza García de Rovira se sitúan los primeros edificios culturales y asistenciales así como residencias de familias de altos ingresos. Así cada zona comparte usos y funciones específicos; zonas industriales, comerciales, residenciales antiguas, residenciales nuevas, mixtas y sub-urbanas.
 
La traza urbana se ve muy ligada al tema comercial que experimentó Bucaramanga durante la industrialización. La producción del café y del tabaco llegó a tomar auge a finales del siglo XIX. La ciudad tenía varias empresas manufactureras que fueron creciendo hasta convertirse en grandes exportadores. “La intensa actividad productiva y comercial, que durante la primera mitad del siglo había demandado el empleo de las energías de muchas gentes nacidas o llegadas a Bucaramanga, puede considerarse como la fuente original del crecimiento urbanístico del Centro” (Navarro, 1990, p.14). Muchas familias se sustentaron en la fabricación de productos en talleres artesanales e industrias manufactureras desarrolladas en sus propias casas. Otros se dedicaban a la construcción e infraestructuras urbanas. “Hacia1924 existían en la ciudad 40 talleres de carpintería, 36 de sastrería, 18 de tipografía, 16 de zapatería y cinco de mecánica, tres cuererías, dos fábricas de baldosín y una curtiembre” (Rueda,2001, p.145).
 
Otros hechos que influenciaron en gran medida al desarrollo de la ciudad fueron el alumbrado eléctrico, el ferrocarril, el acueducto y especialmente el automóvil. “La década de los 20s estaría marcada por la proliferación de los automóviles que por supuesto, tenían que transitar por calles tortuosas y polvorientas. Esas vías, fundamentales en consolidación de nuevos suelos urbanos, especialmente al norte y al oriente, generarían múltiples acuerdos que orientarían su diseño y proyección” (Rueda, 1990, p.48). Seguido de esto, se crearon juntas que se dedicaron al mantenimiento y cuidado de parques y avenidas con el fin de embellecer la ciudad. Se construyen y se renuevan parques como el Parque García Rovira, el Santander o el Antonio Santos.
 
La industrialización marcó en Bucaramanga un período clave debido a la generación de espacios verdes públicos y ejes viales jerarquizados que respetan el trazado urbano original. Así mismo, el carácter comercial de la ciudad hace que Bucaramanga tenga vida propia y una mezcla de usos y actividades enriquecedores. Todo esto lleva a Bucaramanga a ser un modelo de ciudad, la Ciudad de los Parques. 
Bucaramanga. La modernidad como ejemplo del continuo progreso
 
“El excesivo pragmatismo de los comerciantes nos ha impedido gozar de obras monumentales, pero nos ha permitido contar a cambio, con muy buenos servicios públicos. …A partir de la crisis del comienzo de siglo y superados momentos difíciles en los años treinta, la ciudad nunca ha dejado de progresar” (Valdivieso, 1992, p.5).
 
Siguiendo los principales temas que surgieron durante la industrialización, Bucaramanga continuó su expansión gracias a la construcción de vías y ensanches que permitieron la mejor circulación de vehículos así como la nueva parcelación, urbanización y edificación.   
 
La ciudad de Bucaramanga crece rápidamente a partir de los años 60´s en todas direcciones. Hacia el nor- occidente aparecieron barrios levantados con proyectos de vivienda obrera del ICT. Al nor-oriente poblaciones de clase media también financiados por la misma entidad. Los barrios se trepan en los cerros hasta llegar a su límite, por lo que la ciudad empieza su densificación en altura; en el centro se construyen los primeros edificios altos y rascacielos de Bucaramanga. “…Con la necesidad apremiante de proveer grandes cantidades de vivienda debido a los altos índices de crecimiento poblacional, en esta etapa, baja la proporción de espacios públicos y priman los factores de índole económica sobre las consideraciones de confort y habitabilidad” (Bucaramanga. Alcaldía. 1995, p.70). Sin embargo, actualmente la ciudad cuenta con más de 70 parques como los parques Santander, del Agua, de Los niños, Bolívar, entre otros. La imagen 3 muestra la relación de las edificaciones del fondo con el espacio público, donde el peatón tiene un contacto directo entre el extenso parque y los primeros pisos de los edificios que lo conforman.
 
Según Valdivieso (1992), el crecimiento desordenado de Bucaramanga, que asimila sin planes sus nuevas dimensiones poblacionales y las actividades irregulares de urbanización que se multiplican sin una efectiva intervención del Estado con sus efectos desoladores sobre la calidad de vida de sus gentes, provocan el efecto positivo de generar, desde los años sesenta, una discusión sobre la ciudad. Para ello surgen las Empresas Públicas con las que se inicia un proceso de ampliación de la cobertura de servicios telefónico, eléctrico, de acueducto, de alcantarillado y de gas. Por otra parte nace la Empresa de Desarrollo Urbano encargada de manejar criterios de planificación, donde prima la remodelación de las zonas centrales para uso comercial y administrativo, la densificación de zonas de la meseta y los paseos de las calles.
Debido al crecimiento de la ciudad y el cruce entre municipios cercanos, en 1981 se crea el Área Metropolitana de Bucaramanga, recogiendo un total de 595.006 habitantes donde el 93% es urbano. Hacia los años 90’s, la ciudad se ve impulsada por proyectos económicos y culturales así como programas de desarrollo comunitario. “Al acercarnos al siglo XXI, la capital de Santander cuenta con una infraestructura educativa fortalecida y prometedora” (Valdivieso, 1993, p.94). Actualmente, Bucaramanga cuenta con grandes obras que siguen en continuo progreso como la creación de la Universidad del Pueblo o como la Metrolínea, siendo esta el nuevo sistema de transporte masivo. El Plan de Ordenamiento Territorial propone potencializar los recursos del área rural, fortalecer la calidad ambiental e incorporar nuevos proyectos viales como se observa en el Plano 3; existe una jerarquización de vías que conecta los barrios de Bucaramanga y se extiende hacia los municipios vecinos. Predominan las carreras 15 y 27 que atraviesan la ciudad de norte a sur.
BIBLIOGRAFÍA
 
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El ejercicio consiste en analizar una ciudad desde sus orígenes para entender las razones de su trazado, extension, funcionamiento, entre otros.

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