año: 2013
Basado en el mito de Pigmalión y Galatea, me presento al mundo.
Y Galatea toma tierra por primera vez, después de haber sido prendida con la llama de la vida.
Mira a Pigmalión con ojos de algo que luego entenderá haya sido agradecimiento. Acaso, por el tremendo empeño con el que ha sido anhelada, ha caído en gracia de quien puede conceder una vida. Y, concedida, se dispone a vivirla.
En el conflicto entre el exterior y sus adentros, es donde más aprende de sí misma.
Descubre; que Galatea no es galatea; es ana. y no escribe suaves versos sino algo más...en crudo.
Y ya es capaz de hablar en primera persona.
El tiempo va perfilando los acontecimientos en los que me veo inmersa.
Para mi desconcierto, siento otra mirada atenta.
Linda imagen quedada en la retina que sólo advierte de lo proyectado.
De lo demás, ni se habla, pero se sobreentiende.
Y yo no quiero.
Me pregunto, ¿qué hay de la parte que me toca?
y la parte que me toca se dispone a hablar.
Habla tan perfecto que me obliga a escucharla.
Y el afuera y el adentro, por fin encajan.
Le cuento sobre mi proyecto: recien viva estoy "en construcción".
Y para siempre instalada en la pregunta.
Conjeturas que paren los resultados de una investigación.
La duda; ese espacio en el que me encuentro a menudo, se ha convertido en mi "no lugar"; no elegido, pero aceptado a fin de cuentas.
Aquí me siento cómoda. Es un buen punto de partida, donde nada me obliga a ser adecuada, dentro de un taller de reparaciones.
Se van perfilando los sentimientos y cambian por momentos. Se producen desvíos, como en la Internacional Situacionista de la clase de instalaciones.
Tómate un café conmigo y hablamos. Hablamos y sentimos.
El tamiz del ojo que mira.
Un estado interior.
En mi soledad, una atmósfera me envuelve y con tantos acontecimientos pierdo perspectiva.
Sin embargo, noto el peso de lo que acontece.
En mi soledad, últimamente me siento acompañada por las soledades de otros ojos que miran.
Provisionalmente me acepto, que no es poco.
La cuestión, la pregunta, es la madre del desorden y del nuevo orden que se avecina.
Enredada en la malla de obras me presento al mundo.
a veces me la lío al cuello... para abrigarme de mi frío interior.
Malla, protectora, de obras.
De la obra que le gusta a Pigmalión.
