Un festival de día no es lo mismo que un festival de noche.
Durante el día tenemos la luz del sol, pero durante la noche los shows de luces, humo y pirotecnia amplifican la experiencia de la música.
Este año Bud quiso elevar la experiencia musical de los actos de los artistas emergentes que suceden durante el día, generando un espacio que expande la experiencia sonora que viene del main stage a los otros sentidos.
Mientras más te adentras en el universo de Bud,
más inmersiva se vuelve la experiencia de la música.
A través de cabezas de luces y láseres sincronizados, cortinas de humo que reflejan las ondas sonoras, y telas y texturas complejas que reflejan el baile de las luces, creamos un ambiente donde los asistentes pueden “sentir” la música además de escucharla, a través de sus otros sentidos: vista, tacto, olfato y gusto.
