Tomar un camino desconocido siempre significará poner el destino propio en manos del azar. Así como puede ser una experiencia exitosa cuyo resultado sea llegar al lugar deseado porque el sendero es claro, sencillo y fácil de seguir, en el caso contrario, también puede ser una pesadilla. Tomar un camino desconocido puede implicar tener que andar por senderos confusos y enredados, rincones y esquinas sin salida, que atrapan, que sofocan, y que encierran. El camino desconocido da miedo y angustia, y no nos deja divisar el horizonte ni el futuro con claridad.
Estas tres piezas representan 3 posibles, a través de espacios vacíos e irregulares, curvas, entrecruzamientos, y caídas, esa sensación de poca claridad mental que nos puede generar el tener que enfrentarnos a los caminos desconocidos.
