Daniel Huertas Glauser's profileSimón Langton's profile

BOGOTÁ CIUDAD ABIERTA. OASIS URBANO.

Bogotá Ciudad Abierta. Oasis Urbano.
Daniel Huertas Glauser 201912893
Simón Langton Ortiz 201912966
Ejercicio 1, la deriva callejera. En busca de nuestra propia naturaleza. 
Buscando un lugar para este ejercicio quisimos encontrar un espacio en el que la naturaleza y la arquitectura no solo coexistieran, o se toleraran, sino que existiesen en una relación positiva. Idealmente, que fuera un lugar de conexión entre estos elementos, e incluso que existieran algún tipo de relaciones simbióticas o de alelopatía entre factores urbanos y naturales.
En primera instancia, pensamos en el Eje Ambiental de Rogelio Salmona y Luis Kopec. Sin duda, este lugar es un importante hito de la ciudad que conecta lo natural (Cerros orientales, Monserrate) con lo urbano y arquitectónico (centro de Bogotá). Adicionalmente, en este recorrido aparecen diferentes lugares, como nudos importantes, que van conectándose a esta red; la Quinta de Bolívar, el Parque Espinoza, la Universidad de Los Andes, el Parque de los Periodistas, entre otros. De cierta forma, también relacionamos un recorrido por este lugar a través de dichos nudos, con el recorrido errático del concepto debordianio de la deriva. Sin embargo, lo que encontramos tal vez más interesante sobre el Eje Ambiental, son las relaciones cambiantes a través del tiempo entre la naturaleza y la arquitectura o las personas. 
En el texto El Jardín Y Las Artes, Jakob establece una interesante relación entre naturaleza, arquitectura y personas a través del Jardín. Se menciona que desde las islas artificiales ajardinadas de Dubái hasta los jardines chinos más antiguos, estos son una manifestación de poder (pg.82). Esta relación nos llevó a reflexionar si ese poder es un poder del ser humano sobre la naturaleza, o más bien de un ser humano sobre otros, a través de la apropiación de recursos, de la abundancia y de la dominación que simboliza el jardín. ¿Sería entonces el jardín privado un símbolo de la apropiación de la naturaleza y de los recursos por parte de un individuo sobre los demás? Y si es el caso, ¿es el jardín público o el jardín urbano un símbolo de la apropiación de la naturaleza por parte del ser humano, o del poder de este sobre la naturaleza?                                                                                                                                                              Estas preguntas nos llevaron a pensar en como esa serie relaciones entre humano, naturaleza y arquitectura han cambiado a lo largo de la historia en el lugar que hoy en día conocemos como el Eje Ambiental.
En un principio, cuando los Muiscas habitaban ese lugar, la relación de poder entre humanos y naturaleza era seguramente inversa, ya que el agua era sagrada para ellos (Villegas). El río San Francisco o Vicachá (como lo llamaban los indígenas) era el dominante, y los Muiscas los súbditos de la naturaleza. Más adelante, con la colonización y repartición de las tierras por parte de las potencias europeas, la relación vuelve a cambiar. Ahora las personas no son súbditos de la naturaleza, sino que la naturaleza es propiedad del humano y es éste quien tiene la potestad de organizarla y repartirla. Nuevamente, en 1915 cuando se canaliza el río San francisco, la mencionada relación vuelve a cambiar. El río se tapa debido a su contaminación, ya que la gente lo usaba para botar basuras. Esto muestra claramente como la naturaleza en este momento ya no es algo sagrado, sino más bien algo al servicio del humano. Adicionalmente, se construye una vía importante para la ciudad encima del San Francisco, la Avenida Jiménez de Quesada (Beleño Prada, pg.2), mostrando lo que para nosotros es el dominio absoluto del ser humano y de la arquitectura sobre la naturaleza. Finalmente, el último punto de inflexión que notamos en estas relaciones es cuando en 1996 se comienza el proyecto del Eje Ambiental de Salmona y Kopec. Las relaciones cambian ya que se le vuelve a dar importancia a la naturaleza, literalmente se vuelve a poner encima la naturaleza al sacar el río, pero en este caso llegando al nivel de las personas, y de la arquitectura, llegando en cierto sentido a la igualdad y a la simbiosis. Sin embargo, algo que nos parece sumamente interesante, y hasta cierto punto poético, es como en algunas ocasiones en este lugar la naturaleza vuelve a ponerse por encima del ser humano y de la arquitectura, quitándole el paso a las personas, e inundando la ciudad.

Bibliografía:
Jakob, M. (2010). El Jardín y las Artes: Pintura, Cine y Fotografía. Madrid: Ediciones Siruela.
Beleño Prada, S.G. (2019). RECUPERACION DEL EJE AMBIENTAL EN AVENIDA GONZALO JIMENEZ DE QUESADA (tesis inédita de maestría). Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina.
VILLEGAS, Benjamín (Ed). El agua en la historia de Bogotá. Bogotá: Villegas
              Editores, 2003. Cap 1, La diosa agua, pags. 36-54.
Ejercicio final, nuestra casa como jardín. 
Reflexió final del curso con base en las siguientes preguntas:
¿cómo vivimos?
¿Qué es lo que es nuestra casa para nosotros?
¿En dónde vivimos?
¿Cómo podemos transformar nuestro espacio con la conciencia de permitir la convivencia entre el jardín y la casa?
¿Ganamos algo con esto?
¿Hemos cambiado a través del curso?
¿Qué haríamos si pudiéramos cambiar las condiciones espaciales de nuestras casas?
¿Y si mi casa fuera mi ciudad y mi ciudad, mi casa?
¿Cómo arquitectos conscientes de nuestro entorno podemos contribuir a la idea de casa como oasis? (contrario a la casa como recinto de tortura…)

Se propone una acción y se lleva a cabo en un video. Se busca transformar la casa y traer el jardín dentro de esta. 
BOGOTÁ CIUDAD ABIERTA. OASIS URBANO.
Published:

BOGOTÁ CIUDAD ABIERTA. OASIS URBANO.

Published:

Creative Fields