¿A dónde se va el niño interior cuando vamos creciendo? ¿Sale de nuestro cuerpo y se traslada a otro lugar, o se vuelve muy pequeñito hasta desaparecer en la profundidad de nuestro ser? Yo creo que siempre está ahí; en ocasiones se intensifica y en otras parece desvanecerse, pero siempre está presente.
En esta ilustración, quise realizar una parodia de las ilustraciones científicas al incluir el "niño interior" entre las partes que nos componen. Esta imagen forma parte de una serie de 20 impresiones que buscan recordar a las personas que los huesos y los músculos sostienen el cuerpo y le proporcionan movimiento. Sin embargo, es el niño interior quien le brinda razones para caminar, contemplar las nubes, trepar árboles y acariciar perritos.
