La máscara en sus inicios más remotos y prehistóricos era un objeto que conectaba al ser humano con la divinidad, pensándolo desde un punto de vista enigmático, desde la necesidad de buscar una respuesta en el universo.
"Ahora me gusta pensar que la máscara nos conecta con nosotros mismos, con lo que nuestra voz no ha podido decir, nos conecta con la necesidad de expresar eso que ocultamos y que no dejamos ver cuándo tenemos esa máscara social, nos pone en una relación directa con el cuerpo quien tiene información que muchas veces ignoramos y a simple vista no se ve, me gusta pensar en la máscara como una herramienta escénica que interpela a quien la está portando, una reveladora de inconscientes, un objeto que tiene miles de posibilidades expresivas y que está dispuesta a vivir, a encontrar un ritmo vital que se haga presente en un espacio" Jonan @lamascaradateatro
"Ahora me gusta pensar que la máscara nos conecta con nosotros mismos, con lo que nuestra voz no ha podido decir, nos conecta con la necesidad de expresar eso que ocultamos y que no dejamos ver cuándo tenemos esa máscara social, nos pone en una relación directa con el cuerpo quien tiene información que muchas veces ignoramos y a simple vista no se ve, me gusta pensar en la máscara como una herramienta escénica que interpela a quien la está portando, una reveladora de inconscientes, un objeto que tiene miles de posibilidades expresivas y que está dispuesta a vivir, a encontrar un ritmo vital que se haga presente en un espacio" Jonan @lamascaradateatro
