Film actual basado en el surrealismo que contiene elementos como la irracionalidad, las imágenes provocadoras, el humor desaprensivo y el instinto sexual.
Desde el principio, nuestro objetivo fue escoger una temática que ya hubiese tratado el surrealismo anteriormente pero adaptándola a la realidad del siglo XXI. De este modo, decidimos escoger un tema tabú para la sociedad: la orientación sexual.
A pesar de que cada vez la sociedad se presenta como más abierta y liberal, hay mucha restricción en los derechos sexuales de los individuos, sobretodo tratándose de todo lo que no esté relacionado con la heterosexualidad. Nos parece que, conforme la población crece, todavía existen temas tabú que no deberían existir y que la educación en la sexualidad de los hijos no se toma como algo importante, dejándolos crecer como la sociedad exige. Nuestros padres deberían ser los primeros y principales educadores en lo que se refiere a la sexualidad y afectividad, y deberían tratar este tema con toda naturalidad, dejando libertad a los hijos para definirse a ellos mismos no solo por lo que al ámbito sexual se refiere, sino como individuos. Sin embargo, la mayoría de los padres imponen de la misma forma como se les impuso a ellos en su juventud los roles que deben seguir cuando sean adultos.
Guión
El corto empieza con el personaje principal, el ser andrógeno. Para evitar el posicionamiento sexual, lo hemos representado absolutamente blanco.
Acto seguido, se abre la nevera y presentamos a la madre. Esta escena viene acompañada de una música vintage típica de los anuncios americanos antiguos, conocidos por su alto contenido machista.
La madre aparece cocinando unas salchichas, las cuales se asocian con la forma del falo. Se encuentra en la cocina. Una cocina rosa, y está contenta de estar cocinando. Por otro lado presentamos al hombre: viendo la tele, fumando y bebiendo. Sin hacer nada de provecho; otra convención que se ha generado en esta sociedad. Finalmente, varios platos aparecen frente al que representa que es el hijo, el ser andrógeno, puro, inocente, sin manipular. Todos los platos presentan un doble sentido sexual, queriendo reflejar de este modo la gran influencia que tienen los padres sobre los hijos, incluso en temas como el amor y la sexualidad.
Al principio el ser andrógino no reacciona y le acompaña un sonido incomodo, como una interferencia. Justo después se lanza sobre la mesa a devorarlo todo, y cuando llega al final, el tiempo se invierte. Todo ha sido fruto de su imaginación. El andrógeno, decide no sucumbir a esas influencias y seguir por su camino bebiendo un vaso de leche, blanca.
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