Bogotá Babel: Habitando el caos

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Con el tiempo me he dado cuenta en la importancia del territorio, del cuerpo y en cómo éstos configuran mi carácter personal y profesional, en específico mi ser diseñadora y mi ser mujer. Es así, que empecé a observar con más cuidado y a salirme del piloto automático que genera el vivir dentro de una rutina irreflexiva, para poder entender el fragmento de Bogotá que habito todos los días sin siquiera darme cuenta.

A través de una investigación y un trabajo de campo dentro de mi fragmento de la ciudad, quise reconectar, replantear y conciliar mi relación con Bogotá. En un ejercicio de flânerie¹ pude observar cuidadosamente los lugares que suelo recorrer, que conforman y representan la ciudad, creando así una nueva visión de mi Bogotá imaginaria. Analicé por medio de registros fotográficos el caos de esta Bogotá que recorro y comprendí sus defectos por medio de lo humano, que entiendo como la marca que se deja en ella después de que todos la habitamos en multitud como anónimos. Esta ciudad tiende a ser criticada por casi todas las razones posibles, pero me interesaba comprender su caos y la sensualidad de su ruina, sin ignorar su estado de decadencia. Esto, a partir de piezas textiles con significado, lo cual realicé en este proyecto como un cierre a mi carrera de diseñadora.

¹. La flânerie es una actitud vital; una manera diferente de relacionarse con la realidad y con el mundo.

Es moverse por las calles de forma despierta, explorando conscientemente cada rincón de la

ciudad hasta sentirla como un ente vivo. “El flâneur observaba a la gente casi con espíritu de

antropólogo; se fijaba en el movimiento y en los ritmos que imponía la multitud y encontraba

estimulante apreciar hasta detalles irrelevantes” (Rubio, 2019).