FUNDIDOS
Fundidos, estamos fundidos por creencias, por personas, por recuerdos, por memorias, por sentimientos, por palabras, por impedimentos, por la piel, por el amor. Tanto nos constituye, y a veces, demasiado de eso nos destruye. Por favor, abramos los ojos que llevamos enterrados en los traumas y miedos y creamos una vez más en lo más natural y esencial que es querer volar, sacar a reventar las alas resilientes que se habían camuflado con las cicatrices.
Ni siquiera es la capacidad natural de volar, sino la necesidad de soñar, la insaciable sensación de libertad que no se nos puede arrebatar de nuestra humanidad. Que estos ojos se transformen y sean capaces de ver las alas que ya podemos utilizar, si se rompieron, se pueden reparar, si se arrugaron o se encogieron, igual creer en que nacimos para volar, y que lograremos volar. Y así, con la abertura de tus ojos, podremos coserlas y volverán a funcionar, podremos salir del hoyo en el que cavamos, resurgir transformándonos en lo que siempre soñamos ser.
Se buscó otorgarle al ser humano el superpoder de creer en sí mismo, porque la humanidad es capaz hasta de volar. Todo, por más imposible que parezca, si se soñó es posible de conseguir, sin embargo, lo único que nos lo impide somos nosotros mismos. Nuestra mente es ese enemigo sutil que puede entorpecer todo el propósito de nuestros sueños. Así, se busco llegar a lo esencial, transformar las creencias limitantes por unas en donde no se vea con los ojos las posibilidades, sino que de estos salgan alas de colibrí, y se distorsione nuestra visión para ver lo esencial, ver más allá del problema, ver el camino para la solución, más allá de la realidad que hemos construido.
Lo que se es capaz de ver es una realidad completamente distinta. Una en donde lo que vemos no es tan importante, y se vuelve mucho más esencial lo que no depende de nuestros ojos, y dejarnos llevar por el vuelo de nuestros sueños.
