Las hormigas, son una familia de insectos sociales que habitan en el mundo hace más de 130 millones de años. Viven en colonias conocidas popularmente como ‘hormigueros’, los cuales presentan montículos de tierra, arena o arcilla como puerta de entrada y un intrincado sistema de laberintos bajo tierra, donde todo sucede. No se sabe quiénes las redactaron, pero toda la colonia está repleta de normas, pautas, regularidades y proporciones equilibradas entre distintas actividades, como el mantenimiento, reparación, exploración e incluso movilización en caso de contingencias.
Los seres humanos, en la ciudad, en la calle y día a día, nos ayudamos mutuamente.
El trabajador nos ayuda brindándonos un servicio, y nosotros lo ayudamos consumiéndolo. Ayudamos cuando podemos a alguien en situación de calle, y ayudamos a un amigo o a un familiar con un problema.
En tiempos de guerra, ayudamos mandando paz al país, y en épocas de catástrofes naturales, mandamos insumos de ayuda.
Porque naturalmente tenemos el mismo instinto que la hormiga. Aunque cada una viva en su pequeño mundo, no esperamos instrucciones. Ya que nos nace la misma naturaleza de ellas, de ayudarse entre sí por instinto propio; y aunque parezcan pequeñas, juntas forman algo grande.
