todo comenzó con un simple tenedor. ¿Quién habría pensado que este utensilio de cocina podría convertirse en un personaje principal en una narrativa visual? Mi objetivo era demostrar que la creatividad no tiene límites y que cualquier objeto, por más común que sea, puede adquirir vida y personalidad a través de la magia de la fotografía y la edición.

Al trabajar con un grupo de diseñadores que aportaron sus propios objetos cotidianos a la narrativa, se creó una comunidad aún más rica y diversa de personajes y perspectivas. La colaboración entre diseñadores realza la diversidad de talentos y la variedad de objetos que cobran vida en esta emocionante aventura culinaria.

Cada objeto que se convierte en un personaje único agrega una capa adicional de creatividad y personalidad a la historia. Desde tazas hasta juguetes, cada uno aporta sus propias habilidades especiales y enfoques únicos a la cocina y la magia, creando un mundo lleno de sorpresas y posibilidades.

Este proyecto se convierte en un testimonio de la colaboración creativa y la capacidad de trabajar juntos para lograr resultados sorprendentes. Además, resalta la importancia de celebrar la diversidad de talentos y perspectivas en el mundo del diseño y la creatividad.