La restinga de Punta Martín Chico, en la margen izquierda del canal Infierno, ofrece una vista contrastada entre la naturaleza y el hombre.
Frente a la costa uruguaya, a punto de desembarcar en la desembocadura del arroyo Tigre Grande: un paraíso perdido.
Un río de tonos azulados, extraño por estas latitudes, pero por la hora y la altura del sol, se reflejaba un cielo diáfano.
Final de una merecida parada para almorzar en una isla de 40 metros de diámetro frente a la restinga de Martín Chico. El colono Roberto Goldschmidt la bautizó Isla Lily, en honor a su amada esposa Lily Fioriti, con ilusas intenciones de que ella se embarque en alguno de sus locos viajes, aunque más no fuera para conocerla.
La foto muestra la acción Gerardo Germán Rinaldi y el resto de la tripulación en pleno proceso de carga del bote, prestos para la partida.
La foto muestra la acción Gerardo Germán Rinaldi y el resto de la tripulación en pleno proceso de carga del bote, prestos para la partida.
De izquierda a derecha: María Maria Estela Luna, Gerardo Germán Rinaldi, Roberto Goldschmidt, Guille Tita y Guille Alum. Abajo, quien les habla (Juan Venancio Ozino Caligaris). Técnica: autofoto. Lugar. El paradigmático muelle de la Isla Martín García, antes del cruce de regreso.
Ya en el cruce desde la Isla Martín García, entrando al canal Petrel, temido por los remeros por su furibunda correntada. Supongo que no tendré que explicar el por qué de la sonrisa de Gerardo Germán Rinaldi. Minutos después de capturada la foto largó los remos, miró para atrás y enfatizó: "Esto es la Libertad". Luego vino el grito de Juan Venancio Ozino Caligaris y su ya clásico "La puta que vale la pena estar vivo!!!!".
Otra vista desde el muelle de Fondeadero, que ya debería ser declarado por la Municipalidad de Tigre como Mirador, por su atractivo turístico.
Arrollo ignoto que surca la isla Oyarbide, ubicada en el medio del Río de la Plata, frente a la Isla Martín García. Los rostros delatan el cansancio luego de tres días de remada a razón de jornadas de más de 8 horas.
No éramos los únicos que a los que nos había tocado levantarnos temprano.
El E5 del TBC solicita permiso de puerto en la Isla Martín García y no se apichona ante la presencia del Catamarán de Cacciola. — con Roberto Goldschmidt,Guille Tita y Guille Alum.
Ya pasó lo peor (la rosca). Ahora, una noche inolvidable en la desembocadura del Río Tigre Grande con el Río de la Plata, en el país hermano de Uruguay. Lost en estado puro.
El E5 de nuestra tripulación amiga descansa en uno de los almuerzos, esta vez en Conchillas, Uruguay. El Capitán Roberto se preguntó cuál sería el gentilicio de los nacidos en ese pueblo...
Bandera de cortesía de nuestro hermano país, y la infaltable bandera del TBC.
Acá se aprecia el poco ortodoxo mascarón de proa de nuestro E3. La valiente estrellita bregó por nuestra seguridad hasta en las aguas más hostiles, y vino a sucumbir ante las brutas manos de Pablo Gramajo cuando muy gentilmente nos ayudó a levantar el bote en la rampa del TBC el domingo a la noche.
Las mansas aguas del Río de la Plata pueden ser muy traicioneras. Escalofrío daba pasar con nuestra cáscara de nuez al lado del cadáver de semejante mole naufragada.
Pala del TBC, obsesión de todo remero, capturada en esta instantánea.
Bandada de gaviotas en medio del Río de la Plata, yendo quién sabe hacia dónde.
Particular retrato de Guille Tita.
Romántico paisaje desde el muelle de la Isla Martín García.
E5 y buque de la Cacciola se disputaban cada metro del puerto de la isla.
