Los productos eran asignados a cada spread por necesidades de stock y temática.
El reto era encajarlos todos en la página asignada respetando el libro de estilo.

No era posible editar las imágenes fuera de InDesign por el plugin 
y no siempre estaban disponibles las mejores imágenes porque caducaban los derechos.
A veces había que "cortar las cabezas" de las modelos.

Las páginas de cosmética debían llevar los colores disponibles y sus respectivas muestras para poder apreciar tanto el color como la textura.

En ocasiones había pocos productos asignados y el reto era conseguir
que las páginas no quedasen diáfanas.

Los plazos no eran muy amplios y eran frecuentes las correcciones de última hora. 
El diseño debía ser fluido por si se añadían, movían o eliminaban productos.

Las páginas de moda y lencería eran las más comprometidas
por la cantidad de texto, tallas y números de referencia que incluían
(las dos siguientes no estaban especialmente cargadas).

Siempre me han gustado los puzles y este tipo de proyectos, aunque puedan parecer monótonos, son estimulantes como rompecabezas.

Para la portada y contraportada había libertad para hacer un pequeño montaje
con las imágenes disponibles. Eso sí