“

¿Qué hiciste?” Siempre fue una pregunta que le incomodaba mucho

escuchar a mis perros. La expresión, disparaba automáticamente el terror de un animalito que piensa que rompió algo, que tomó una mala decisión o un disparador de una culpa sin razón alguna.

Sin embargo, ahora es una pregunta que me hago todos los días desde que me fui de Buenos Aires

¿Qué hiciste? Me pregunto para inundarme en el miedo de lo desconocido, en la incertidumbre de haber tomado la decisión correcta, en el terror de sentirse olvidado por quienes amamos.

¿Qué hiciste? Será la misma pregunta que se hacen Gluten y Batata cada vez que me huelen en algo que ya no llevo conmigo.