¿Por qué hay que partir? ¿por qué emprender el viaje? Para ver/mirar y al final ser: ideon-idea (yo vi/yo soy). 

Hacemos/creamos para conocer/ser/saber. Primero hay que descubrir y después sanar.

¿Podemos manejar lo que tenemos para emprender el viaje? Todo lo que somos, tenemos que ser antes de empezar el viaje. El cuerpo es la primera frontera, en este caso, lo que intentamos manejar para emprender el viaje. Hacer/crear es un viaje; es partida y vuelta, también se hace mirando. No hay viaje sin regreso, existe un doble movimiento (la ida es el descubrimiento, el regreso es verificar el valor). 

En el viaje, parte la guerrera (que tiene una mirada focalizada, busca resultados, es impaciente, tiene el deseo de conseguir algo), y regresa una viajera (expectante, paciente, se deja asombrar, no se adelanta a los acontecimientos, es contemplativa, necesita el movimiento para comprender).

El formato que tuvo el fanzine fue de espacio “en blanco”, queríamos que funcionase a modo de pasaporte para navegar por los talleres y actividades del día, para dejar escrito/plasmado lo interiorizado y crear unas redes y cimientos que serían el sustento de toda la travesía/viaje.

La idea era poner en valor la idea del DIY estimulándonos a crear nuestra propia experiencia, como dice Andrea Galaxina en ¡Puedo decir lo que quiera! ¡Puedo hacer lo que quiera!, los fanzines son “espacios donde el otro es capaz de representarse a sí mismo, permitiendo un espacio para testear nuevas ideas e imaginar un orden diferente de las cosas, [...] vienen de la pura inspiración y de las ganas de crear por uno mismo nuestra propia cultura radical.”

Decidimos que las participantes creasen un fanzine porque estaba estrechamente relacionado con el hilo conductor de Dear Body: el fanzine es un artefacto íntimo, un pedazo de nuestra personalidad e identidad, y el hecho de hacerlo con nuestras manos nos conecta con el trabajo manual. 

Después de presentar el material con el que trabajaríamos, hablamos sobre el papel que tenía el yo dentro del grupo. En este caso, primero el yo, después el grupo, porque no hay viaje sin conversaciones/revelaciones. Si en algún momento las participantes se veían capaces, se podía explorar el ceder y compartir el espacio creativo con otra/s persona/s, para poder explorar roles, resistencias, etc. 

Por último, hablamos sobre qué representaba la creación, como dice Luna Miguel en Ternura y derrota: “escribimos para reconocer vivencias pasadas; o para trabajar la vulnerabilidad del presente; o para desear que en un futuro próximo sean otras las que no sientan vergüenza de un papel en blanco”.

Como propósito, el descubrir las enormes posibilidades que ofrecen el juego y el arte para la expresión y la comunicación, poniendo el foco en el proceso creativo, interiorizar que es una herramienta poderosa de elaboración y transformación, cargado de una enorme representación simbólica. 

Los pliegos que después serían fanzines se serigrafiaron en La Mata Studio, utilizando papel reciclado de 250gr a tamaño 30 x 45 cm.