El cambio climático, la escasez de alimentos y agua, y el aumento de precios de la energía están desestabilizando el mundo. El número de "estados fallidos" está creciendo rápidamente. Los disturbios civiles han derrocado gobiernos en más de una docena de países en el útimo año Como consecuencia, la marea de refugiados se está expandiendo. Globalmente, casi 50 millones de personas han sido desplazadas pero su número podría crecer considerablemente en los próximos años si las condiciones empeoran. Según algunas estimaciones, existirán otros 100-150 millones de refugiados a mediados de siglo. Este proyecto se desarrolla con el fin de ayudar en a los millones de personas que no pueden regresar a su hogar por diversas razones en un escenario planteado en el 2030. Amani es un refugio móvil que reemplace los campos de refugiados actuales. Los cuales son grandes, antihigiénicos, inseguros, con una mala organización, hechizos y rudimentarios. Amani proviene del swahilí, y significa “estar en paz”
El refugio esta construido a base de módulos hechos de bioplástico (zeoform) y aluminio transparente que se ensamblan a presión y asegurado con un sistema de pernos. Los módulos crean tres geometrías, dos iguales más grandes que la tercera. Adentro del refugio se encuentran cuatro zonas diferentes: servicios médicos, cocina/sala multiusos, dormitorios y baños.
La vida lleva 3.8 billones de años en el planeta evolucionando y adaptándose para sobrevivir, así que buscamos la respuesta en la naturaleza, para buscar la manera en la que se protege del exterior y como huye del peligro. La forma de Amani se basa en el pangolín africano. Este animal se envuelve en sus escamas de queratina, por lo que son muy rígidas y resistententes para protegerse de los depreradores y las
asperezas del su hábitat natural; que es lo mismo que se quiere lograr, un refugio que proteja a las personas del exterior.
Proyecto realizado en colaboración
con Ma. del Rosario Castro Zamorano
