Este proyecto fue diseñado desde una de las técnicas de la ceramica, la placa, con grosor de 2 cm, y se utiliza un molde en icopor, En dureza de cuero se realizan los cortes para las incrustaciones de los metales, teniendo en cuenta que la ceramica reduce en un 10% después de la quema a 1.200°c.

Antes de la primera quema se realiza la técnica de esgrafiado y se aplica barbotina blanca, para posteriormente dar los acabado internos con patina de cobre y patina de musgo,  y los acabados exteriores con esmalte y patina negra y finalmente pasar por segunda quema.

Estos elementos modulares, fueron diseñados con la técnica de cera perdida en fundición de metales (latón), los cuales permiten interactuar con las piezas de ceramica, siendo parte importante de la pieza en conjunto.

Es de destacar el proceso de restauración en la cerámica al ser una pieza delicada y frágil en comparación con otros materiales con el metal. Fue un proceso de experimentación de pensar como lograría solucionar una grieta en la pieza, teniendo en   cuenta que hace parte del proceso y de entender a la cerámica como material.

Apliqué limadura de bronce y colbón, formado una pasta que me ayudaría en la restauración.

Esta pieza fue diseñada en función del equilibrio, llenos y vacíos, es auto-portante y  destaca los fundamentos del diseño bi-tridimensional como lo son sustracción, distancia, inserción y coincidencia. 

Este proyecto me permitió conocer como pueden interactuar materiales tan distintos (cerámica y metales), hasta el punto de llegar a ser una parte esencial de la pieza.

En la parte de memoria y contexto cultural realizó una analogía con el Complexo Cultural da República, del diseñador Oscar Niemeyer, en Basilia - Brasil.

Y con el trompo siendo un objeto que maneja el concepto de equilibrio.

                                                   INSTALACIÓN