Marcelo Hidalgo Sola visita en el predio del Jardín Botánico a una escultura que representa los festejos del pueblo y la nobleza romana durante La Saturnalia o las fiestas dedicadas en honor al dios Saturno.
La obra fue proscrita durante la dictadura y permaneció oculta durante 3 años. Al ser rescatada del olvido, encontró su definitiva morada entre el manto verde y semi-oculto del Botánico.
Es un exabrupto de la naturaleza escultórica. Los personajes de La Saturnalia están pasados de copas y lucen faltos de equilibrio. Un grupo humano escandaloso pero que dice las cosas tal cual como eran antes, en los tiempos de los festejos romanos. Momentos en donde, gracias a la festividad, las categorías sociales quedaban suspendidas y los esclavos y el pueblo se sentaba a la mesa con la nobleza, y compartían vino y algarabía.
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