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Cuidado del Lienzo de la Tierra®

 
El cuidado del Lienzo 
de la Tierra®
 
 
 
El Cuidado del Lienzo de la Tierra es un proyecto de co-diseño en co-autoría con las maestras de Corpolienzo (Corporación de Recuperación Comunera del Lienzo de la Tierra) que desarrolla, a partir de las bondades identificadas de la comunidad como cuidadoras del oficio: herramientas que ayudan a la visibilización de la memoria material e inmaterial de la práctica desde una esfera patrimonial, comercial y de la economía del cuidado. Lo anterior en aras de asegurar la continuidad del oficio como una invitación abierta al cuidado colectivo de la práctica y al relevo generacional.
 
 
Manos de Graciela lavando una muestra de color.

Background Research
investigación de campo y de escritorio

Las herramientas de memoria del proyecto se configuran desde una extensiva investigación de contexto de la práctica del Lienzo de la Tierra® por medio de una investigación primaria, basada en el trabajo de campo en intercambios de lenguajes materiales con las maestras de Corpolienzo en donde el objetivo era poder reconocer las capacidades de cada participante en el hacer, generando espacios de intercambios de saberes y técnicas. Como acuerdo conjunto nos plateamos:

“Enseñemonos a leer el lenguaje de la otra; aprendamos maneras de hacer textiles y pensar desde la materia que trabajamos. Conozcámonos desde el oficio, hablemos desde el tejido e hilemos una historia juntas, como mujeres que tienen mucho por contar y que se cuidan entre sí.

Una vez hablemos el lenguaje de la otra podremos crear a la par”.



Paralelamente, la experimentación directa con la materia textil fue fundamental en el entendimiento de la práctica, las bondades del algodón y sus limitaciones. Desde la tintura natural a partir de plantas tánicas usadas desde la época de Los Guanes, técnicas de tintura como el íkat, la exploración de técnicas de tejido plano en telar horizontal y el desarrollo de una paleta de color replicable desde recetas tintóreas pudimos adentrarnos a cuestionar la materia y encontrar nuevas formas de crear desde ella.



Igualmente, desarrollé una investigación secundaria, desde la consulta de fuentes bibliográficas de la historia de la práctica, pensadores en los oficios y referentes de diseño; que dieron como resultado la identificación de seis conceptos que hilan toda la narrativa del proyecto: Cuidado del pasado, cuidado del saber hacer, cuidado del territorio, cuidado del espacio doméstico, cuidado de la comunidad y cuidado del futuro.

Ahora bien, en el contexto de la práctica del Lienzo de la Tierra® se cruzan tres esferas que enmarcan la cotidianidad del oficio: (i) La esfera patrimonial, a partir de la tensión que existe entre el patrimonio cultural como algo inamovible y la idea de que la herencia de un oficio vive desde las manos de quienes lo practican cada día, incluyendo el trasfondo cultural e histórico que tiene el hacer heredado desde Los Guanes. (ii) La esfera comercial, entendiendo que el oficio se mueve en un mercado y que este necesita de una remuneración económica coherente con los esfuerzos culturales, sociales y ambientales que hace la comunidad; lo anterior para garantizar la continuidad de la práctica en el tiempo y la aparición de relevos generacionales para las maestras que llevan gran parte de su vida en el oficio. (iii) La esfera de la economía del cuidado, en donde conviven la dimensión del hacer textil como fuente de trabajo pero también como una actividad relegada históricamente a las mujeres en el espacio doméstico, el tiempo destinado al oficio convive entonces con los quehaceres del hogar y las dinámicas de cuidado cotidianas. 

Mariela lavando unas madejas de algodón recién tinturadas.

De esta manera, se desarrolló un sistema de herramientas de memoria material e inmaterial que, a partir de los conceptos identificados como dimensiones en las que Corpolienzo cuida de la práctica del Lienzo de la Tierra® cada día, se articula como respuesta a cada esfera descrita anteriormente para garantizar la continuidad del oficio desde el entendimiento de la superposición entre el patrimonio, lo comercial y lo doméstico como una combinación clave en la preservación del saber hacer textil.

Esquema que resume el sistema de herramientas de memoria enmarcadas en las esferas y conceptos identificados

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Manifiesto del Lienzo de la Tierra®
dirección de arte y propuesta museográfica para 
la preservación patrimonial del oficio


La primera herramienta de visibilización de la memoria material e inmaterial del oficio parte de la esfera patrimonial. El Manifiesto del Lienzo de la Tierra se configura como la carta de presentación frente al entorno y como un recordatorio para las maestras de Corpolienzo de todo por lo que deberían estar orgullosas. Es una materialización de todo lo que ellas son hoy en día y se muestra como propuesta museográfica para la casa principal. 
Este explora desde los seis conceptos antes explicados las dimensiones en las que se cuida del Lienzo de la Tierra®, por lo que desde relatos cortos explora como el cuidado se vive en el hacer y se materializa en una serie de imágenes derivadas de la composición con objetos por parte de las maestras. Asimismo, cuenta con un retrato de cada maestra haciendo lo que más le gusta en el oficio. 

El manifiesto hace parte de la exposición museográfica permanente del Museo del Algodón y Lienzo de la Tierra.

Representación gráfica del Manifiesto dispuesto en el corredor de entrada de la casa-taller en Charalá.

Introducción
(cuidar)

"Incluye todo lo que hacemos para mantener, continuar y reparar nuestro mundo para que podamos seguir viviendo en este de la mejor manera posible. Este mundo incluye nuestros cuerpos, a nosotras mismas, nuestro entorno, todo lo que buscamos entretejer en una compleja red que sostiene la vida" (Tronto 1993, p. 103).

Garantizar la continuidad de una práctica, como el Lienzo de la Tierra®, significa estar constantemente cuidando todas las dimensiones que la componen, esto no se hace en solitario; se necesita una comunidad que la cultive cada día.  A continuación, materializamos(hicimos visible) mediante ensayos visuales, composiciones con objetos y relatos cortos cotidianos algunas dimensiones en las que, como Corpolienzo, cuidamos la práctica del Lienzo de la Tierra para mantener con vida el oficio.

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De izquierda a derecha: Graciela, cosiendo en su máquina, Diana en su telar horizontal, Hilda tejiendo en su telar, Inés urdiendo en su telar, María cosiendo en su máquina, Mariela posando con su telar, Otilia tejiendo en macramé, Severa posa junto al añil y a una madeja recién tinturada y Pepa la gata de la casa-taller.

(Re)tejer la historia,
cuidado del pasado


Nos paramos en el presente y miramos hacia atrás.
Una tradición de muchos años que sobrevive desde Los Guanes; somos mujeres que nos reunimos desde la preocupación de mantener con vida ciertas maneras de hacer y la memoria material del algodón.
Cuidamos el conocimiento material que aprendimos desde Encarnación Cala, Mercedes Silva y Cristina Cárdenas.
Lo mantenemos con vida al ponerlo en práctica cuando los marcos rechinan, las lanzaderas pasan de lado a lado en la casona, las ollas traquean por el calor y las máquinas de coser arrancan; se respira y se oye el oficio en cada rincón de la casa.
La historia crea ecos y se reinterpreta en el presente por las diferentes manos por las que pasa cada copo de algodón. Cada vez que hilamos, tejemos, destorcemos, tinturamos, cosemos o despepamos, las huellas de la historia se impregnan en el presente, pero no son inmutables: La historia se teje, se desbarata, se desenmaraña y se vuelve a tejer distinto.

Nos paramos en el presente y miramos hacia atrás,
Pero la historia nos mira de vuelta y resuena en el presente en cada par de manos que proponen maneras distintas.



Fotocomposición con objetos del Museo del Lienzo de la Tierra®  y del Algodón para narrar el cuidado del pasado.



Relevos de cono(cimientos),
cuidado del saber hacer

Mantener con vida una práctica que vive de la tradición oral requiere de una comunidad que se esfuerce por continuar transmitiendo los conocimientos tácitos y evidentes del hacer textil. Buscamos mujeres que releven a aquellas que hemos dedicado la mayoría de nuestros años adultos al Lienzo de la Tierra. Por eso, estamos comprometidas con enseñar lo que sabemos adecuando nuestras enseñanzas a las aprendices que aparezcan en el camino; pues algunas aprendimos viendo a la otra, otras aprendimos con la guía de las manos de nuestras maestras y otras en la comunicación experimental con la materia.

Sin embargo, todas encontramos fortaleza en el aprendizaje comunitario, en investigar en nuestro tiempo libre, buscando nuevos colores en los insumos de nuestro jardín, en combinar puntadas que no habíamos intentado o en mirar el paisaje que nos rodea buscando formas por explorar.

Por lo que, abrimos nuestras puertas a aquellas que deseen unirse al cuidado colectivo del oficio y enfocar su energía a hacer circular los flujos de conocimiento en nuestra comunidad que hemos creado. Somos una invitación abierta al cuidado colectivo del saber textil como patrimonio inmaterial santandereano.


Fotocomposición de las manos de las maestras que muestran las diferencias generacionales de la comunidad en relación a los relevos generacionales.

Cultivar el territorio
cuidado de la gran casa

Nuestro Lienzo de la Tierra®, como su nombre lo indica, viene de la tierra. Este se siembra, germina, crece y se trabaja desde nuestro territorio. Creemos entonces en mantener una  relación de cuidado mutuo con el entorno, en donde nosotras cuidamos de la naturaleza y ella nos cuida de vuelta. Nos esforzamos por tener procesos de creación respetuosos con nuestra tierra; cada día regamos nuestro jardín, sembramos semillas de algodón con la esperanza de que germinen, tinturamos con la corteza del Guayabo que tenemos en frente de la casa y buscamos en los árboles de Achiote los frutos que estén listos para abrir y obtener las semillas manchadoras que se encuentran en su interior.

En nuestra Charalá y Vereda El Salitre, vivimos en constante contacto con la naturaleza. Cuidamos de nuestras plantas y ellas nos curan cuando nos sentimos mal, con aromáticas o remedios de plantas machacadas cuidamos de nuestra familia.

Encontramos nuestra libertad e inspiración en los paisajes que vemos, las nubes que en la mañana nos acompañan en los quehaceres del hogar, en los atardeceres de luz cálida que bañan la casa taller y en las tierras de colores que decoran la vista que se ve desde la ventana.


Fotocomposición de objetos de la casa-taller con aromáticas y plantas que narran el cuidado del territorio

Rutinas envolventes
cuidado de la(s) casa(s)

Cada día le ganamos al sol antes de que salga, mientras realizamos las primeras labores de la mañana en nuestro hogar nos acompañan los cantos de los pájaros y los rayos del sol empiezan a entrar por las ventanas de la cocina. Nos preparamos para salir de nuestro hogar principal y nos dirigimos a nuestro hogar elegido.

Vivimos a contrarreloj para mantener dos familias que decidimos hacer parte de nosotras; a veces es complicado pues las horas del día simplemente no alcanzan para todo lo que queremos hacer. Sin embargo,  lo hacemos con gusto, pues sabemos que el cariño se demuestra cuidando de la otra, especialmente a través de la comida que cada día planeamos y cocinamos; como bien dicen por ahí: “Barriga llena, corazón contento”. 
A las 10 am, las lanzaderas que pasaban de lado a lado y el rechinar de los marcos se suspende. Es la hora de tomar tinto con panela o agua de panela aromatizada con limonaria,  la ejecutiva* se encarga de que todo esté en orden y listo para la hora de las onces.

Como ven, las diferencias entre los cuidados de nuestras casas no son tantas,
Mañana la rutina vuelve a empezar, pues tenemos dos hogares que cuidar.

*Una de nosotras es designada semanalmente para realizar  los quehaceres de la casa-taller.


Fotocomposición de objetos que narran las dinámicas de cuidado desde la rutina.

Diversidad de feminidades,
cuidado de la comunidad

Somos un espacio seguro, mucho más que una empresa. Somos una familia que se une para apoyarse en el día a día, para relevarse cuando alguna debe faltar por temas personales; que consuela, que acompaña y que enseña los aprendizajes de vida a las más jóvenes.

Somos una red que se teje desde cada una, como hebra que entramada con las demás encuentra su fortaleza y resistencia.

Cada una de nosotras es indispensable en el tejido que con los años hemos desarrollado; a pesar de tener diferencias generacionales, diferentes lugares de procedencia e historias de vida que varían de acuerdo a las épocas y suertes que cada una ha tenido como mujer. Es precisamente la diversidad de vivencias lo que nos hace fuertes, nos enriquece en conocimientos y nos permite demostrar que hay muchas maneras de vivir la feminidad desde el hacer textil.
Paradójicamente, a pesar de que los textiles se suelen considerar una práctica relegada para la mujer; en nuestro caso el encontrarnos las unas a las otras desde las hebras que tejemos nos otorga una fuerte sensación de  libertad e independencia.

Nuestra comunidad se conforma desde las varias expresiones de ser mujer y se materializa en sola una identidad colectiva, la nuestra.

Somos la superposición de varias experiencias de vida, de sabidurías y capacidades. Somos una y somos todas.



Fotocomposición con las manos de las maestras en el urdido de un telar horizontal.

Calidad antes que la cantidad,
cuidado del futuro

Hoy en día somos conscientes de nuestro valor como comunidad de mujeres y como continuación de un oficio patrimonial que echó raíces hace mucho tiempo en nuestro territorio. Nos preguntamos por los caminos que nos deparará el futuro de nuestro hacer, queremos recorrerlos con la certeza que las que mañana harán parte de nosotras sepan la importancia de lo que estarán haciendo:

Continuarán haciendo del textil un espacio seguro para nosotras,
Continuarán demostrando que se puede cuidar el territorio a la vez que se vive de él
Continuarán manteniendo la memoria patrimonial de aquellas que nos precedieron
Continuarán siendo maestras, madres, esposas y abuelas; al mismo tiempo que son Corpolienzo.
Creemos firmemente que podemos vivir dignamente de nuestro oficio.

 Nos soñamos un futuro en donde todas las dimensiones para cuidar de nuestro Lienzo de la Tierra puedan seguir floreciendo y que el entorno que nos rodea entienda que nuestro hacer necesita tiempo.

Tiempo para pensar y planear,
Tiempo para experimentar,
Tiempo para respetar nuestro territorio
Tiempo para cuestionarse qué se quiere contar con nuestros tejidos,
Tiempo para ser maestras, madres, esposas y abuelas,
Tiempo para diseñar,
Tiempo para hacer.



Fotocomposición con las madejas de colores como símbolo del futuro
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(cuidar)
colección textil y aplicación 
comercial del oficio


(cuidar) es la primera colección textil que parte de los seis ejes temáticos desarrollados desde la esfera patrimonial en el Manifiesto, traducidos a manera de conceptos materiales que organizan 40 referencias textiles en en seis conjuntos textiles. Esta colección parte de la interpretación en moodboards a partir de imágenes encontradas en la consulta de fuentes, en las imágenes tomadas por las maestras con las cámaras de registro e imágenes propias producto de los intercambios de lenguajes materiales. De igual forma, este herramienta de memoria material e inmaterial del oficio responde a la esfera comercial en la que Corpolienzo se mueve como proveedora textil para líneas tipo home, vestuario o de diseño interior.

La colección se presenta como un punto de partida y un método de creación desde la cotidianidad para desarrollar futuras colecciones textiles. Su contribución al cuidado de la práctica recae en la materialización de las capacidades técnicas de las maestras, la disponibilidad de color con el que cuenta el territorio, una aplicación a una remuneración monetaria y método de costeo ajustado al cuidado de la práctica. La colección se materializa en un muestrario físico con cada referencia desarrollada en un mínimo de 30cm de ancho y ordenadas por concepto.


(Re)tejer la historia,
cuidado del pasado

La historia se teje, se desbarata, se desenmaraña y se vuelve a tejer distinto. 

Nuestro cuidado del pasado se tangibiliza en las narrativas materiales abstraídas de las fotografías de nuestro pasado; retejimos nuestro icónico Lienzo, de hilos totalmente artesanales, en los tonos grises del tinte del Guayabo emulando los matices de las fotografías de nuestros inicios. Los zócalos que adornan las casas de nuestra Charalá, que nos han acompañado desde el principio de nuestra historia, se traducen en acentos cálidos de la raíz de la Rubia y se traman en líneas con delicados flotes de nuestro hilo artesanal.  
La paleta de color se completa con el contraste del naranja, obtenido del achiote, en un textil de tono sólido junto con el coral de la Rubia, que acompaña a las demás referencias textiles en un ambiente rememorativo del pasado.



Relevos de cono(cimientos),
cuidado del saber hacer

Somos una invitación abierta al cuidado colectivo del saber textil como patrimonio inmaterial santandereano. 

Cuidar de nuestros conocimientos como maestras e inspirar a nuevas generaciones a que se unan al oficio se manifiesta en la constante exploración de combinaciones, colores y puntadas. En este conjunto textil los cimientos de saberes se tangibilizan en calados en crudo triangulares que se tuercen entre sí para crear franjas que emulan las bases de las casonas en tapia pisada; como analogía a nuestras bases de conocimientos como cimientos del oficio. Los tonos azules del índigo y naranjas del achiote, recientemente descubiertos por nosotras, se encuentran en puntadas geométricas para contrastar como colores complementarios. La paleta de color se completa con el marrón rojizo del Encino, el azul casi negro del Divi divi que funciona como matizador del conjunto, el tono más suave de gris y el marrón que da la corteza del Guayabo.


Cultivar el territorio
cuidado de la gran casa


Creemos entonces en mantener una  relación de cuidado mutuo con el entorno, en donde nosotras cuidamos de la naturaleza y ella nos cuida de vuelta.

La admiración que tenemos por la naturaleza que nos rodea se hace palpable en las puntadas que, como ramificaciones del árbol Samán del parque principal de nuestra Charalá, se bifurcan y se encuentran en el tejido. La apariencia orgánica de las ramas se evidencia en tramas que ondulan y guían el ojo por altorrelieves en tonos verdes obtenidos de las cáscaras que se secan al sol de la cebolla cabezona. Los tonos cálidos y rojizos, típicos de nuestra tierra arcillosa santandereana, se traducen en los marrones que da la cáscara del Guayabo, los amarillos dorados de la cebolla y el naranja fuerte del achiote.


Rutinas envolventes
cuidado de la(s) casa(s)

Cada día le ganamos al sol antes de que salga, mientras realizamos las primeras labores de la mañana en nuestro hogar nos acompañan los cantos de los pájaros y los rayos del sol empiezan a entrar por las ventanas de la cocina. Nos preparamos para salir de nuestro hogar principal y nos dirigimos a nuestro hogar elegido. 

Cuidar de la rutina en esta colección se materializa en encontrar inspiración en lo aparentemente ordinario; la cotidianidad se manifiesta en dechados cosidos a partir de retazos que quedan de nuestro hacer diario. El re-aprovechamiento del material sobrante se traduce en composiciones cuadradas que recuerdan esquinas domésticas de nuestros hogares en tonos tierra, verdes y amarillos o en una composición totalmente en crudo. Asimismo, todas las hebras sobrantes que quedan en nuestros telares son apropiadas en un técnica de mucha paciencia, repetición y meditación para crear detallados paisajes pintados hebra por hebra.



Diversidad de feminidades,
cuidado de la comunidad

Somos una y somos todas.
Somos una red que se teje desde cada una, como hebra que entramada con las demás encuentra su fortaleza y resistencia. 

El cuidado de nuestra comunidad se materializa en hilos flotados que delicadamente se encuentran en cinturas formando calados en crudo y en coral de la raíz de la Rubia. Nuestro tejido comunitario se tangibiliza en altorrelieves altamente texturizados que forman las cuadrículas de nuestro Lienzo de algodón; con fondos grises que nos brinda la corteza del Guayabo o con el mismo color crudo de la fibra natural. 
La paleta de color se contrasta con el marrón rojizo del tinte del Encino, que brinda tonalidades cálidas al conjunto textil.


Calidad antes que la cantidad,
cuidado del futuro

Nos preguntamos por los caminos que nos deparará el futuro de nuestro hacer, queremos recorrerlos con la certeza que las que mañana harán parte de nosotras sepan la importancia de lo que estarán haciendo.

Nuestro futuro está marcado por la exploración de nuevos caminos que recorreremos de la mano de tonalidades nuevas y técnicas textiles que investigamos cada día. El índigo es el indiscutible protagonista de este conjunto textil: Desde la reinterpretación de nuestro icónico Lienzo de la Tierra en un tafetán sencillo y doble en azules profundos, hasta el juego de transiciones entre el crudo y el azul del índigo en líneas que aparecen y desparecen en la trama y el urdido.
Los varios tonos de azules se complementan con tonos sólidos de nuestros Lienzos del Salitre en un marrón claro y gris claro obtenidos de la corteza del Guayabo y del verde biche obtenido de las cáscaras de cebolla cabezona secas.


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Los colores del territorio, la paleta de color replicable a la que llegamos.

Herramientas de soporte a la colección
calendario de color, protocolo de costeo y catálogo digital


Dado que la estrategia de producción de los textiles es sobre pedido es indispensable comunicarle al cliente la disponibilidad anual de color que cada tono tiene y su consecuente precio proporcional de acuerdo a la época del año; de manera que la demanda de los textiles se adecúe a las capacidades del territorio sin abusar del mismo. Por otro lado, la importancia para la preservación del oficio recae sobre la superposición de la esfera patrimonial y la comercial, pues permite relacionar toda la memoria material del color heredada y desarrollada en experimentaciones de recetas en un mapa que se actualice de acuerdo a la disponibilidad de proveedores y hallazgos de nuevas plantas tánicas que permitan ampliar la paleta de color actual de Corpolienzo. ​​​​​​​
Calendario de color 
Asimismo, se desarrolló un Excel programado para fijar precios a cada referencia textil de manera sencilla para las maestras, que ya que este programa es la principal herramienta contable que manejan.​​​​​​​ Este cuenta con el calendario de color incrustado, lo que permite fijar costos proporcionales a la disponibilidad de color usada en cada textil. Igualmente, permite ajustar los anchos y largos de las telas de acuerdo con el pedido y arrojar un precio en pesos colombianos y dólares americanos para exportación.

Asimismo, el Excel cuenta con la posibilidad de prototipar puntadas en tejido horizontal como un software de tejido accesible para las maestras. Permite probar puntadas antes de hacerlas, calcular la materia prima necesaria y entender las proporciones de color por referencia. Es como tejer digitalmente sin gastar material en el proceso de experimentación.


De manera análoga, se desarrolló un catálogo digital que tiene como objetivo circular como pdf por WhatsApp ante los clientes textiles y poder ser consultado desde la cuenta de Instagram del Lienzo de la Tierra. Su valor recae en conectar a las maestras con el entorno digital de una forma práctica que le permita entender al cliente que es el Lienzo de la Tierra y cuales son sus esfuerzos por mantener con vida una práctica de alto valor social, ambiental y cultural. Mientras que, con sus textos y precios en inglés y español se le da a Corpolienzo mayor alcance ante clientes potenciales de textiles.

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Libros de contramuestras
recetario de color, acabados en crochet, macramé, puntadas y dechados


Por último, los tres libros de contramuestras se componen de un folder para las recetas de color natural, uno para las puntadas y técnicas de creación de textil y uno para los acabados en crochet y macramé que manejan las maestras. El valor de estos libros está en el levantamiento a largo plazo de todos los saberes en los oficios que ellas han desarrollado desde su fundación; por lo que es la herramienta de memoria material e inmaterial que responde a la esfera de economía del cuidado. Es una materialización de memorias materiales de muchos años que ahora no sólo viven en la cabeza de las maestras que más tiempo llevan en la cooperativa. De igual forma, cada folio está pensado para ser llenado a mano con las especificaciones y el paso a paso que cada técnica requiere. El objetivo de estos libros es conectar con el espacio doméstico en el que se mueve el oficio; por lo que cada folio se puede retirar del folder y puede ser llevado a casa, al telar o al taller en la Vereda El Salitre; de manera que la persona que quiera aprender e involucrarse en el oficio pueda hacerlo sin tener que abandonar su contexto doméstico. 

Es el punto de partida para seguir creando y explorando, mientras se documentan esas muestras para los relevos generacionales que aparezcan en el camino. 


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Documento escrito
documentación de todo el proceso


Mini documental del cierre del proyecto
las voces de las co-autoras



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Proyecto por: 
Juana Villate Ricardo

Hecho a la par con las maestras de Corpolienzo:
María Delia Poveda, Graciela Sanabria de Navarrette , Ana Mercedes Álvarez de Rodríguez , Severa Castro Mesa, Diana Isabel Sanabria Gómez, Hilda María Sanabria Gómez, Martha Liliana Ardila Mulano, Inés Pita Amador, Mireya Holguín Salazar, Otilia Pinzón Mesa y Mariela Monsalve Monsalve.
Directora: Carolina Agudelo Bernal
Jurados: Ángela Sotomonte y David De Los Reyes
Universidad de Los Andes
Facultad de Arquitectura y Diseño
2022


Cuidado del Lienzo de la Tierra®
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Cuidado del Lienzo de la Tierra®

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