​​​​​​​​​​​​​​Al comenzar oficialmente como ilustradora me sentía muy insegura respecto a mi talento, había pasado mucho tiempo (años) sin dibujar ni pintar, por alguna razón estuve bloqueada, desconfiada y por más que exigía "soltar la mano", esta no lograba hacer siquiera una linea. Logré entender que ese "bloqueo" es más que todo el afán de exigirme a mi misma que hasta la más mínima línea debía lograr un propósito, un propósito que no existía, y me olvide de jugar, de divertirme como con los tantos dibujos e ilustraciones que hice cuando niña, olvidé esa sensación placentera de desvelarme hasta las 5 am solo por querer seguir pintando y de desafiarme con las ilustraciones más ociosas de la vida hasta alcanzar un nivel de detalle casi que absurdo. Salir de este bloqueo e inseguridad no es fácil, es más, creo que hasta el día de hoy lo estoy tratando de superar para lograr sacar lo mejor de mi. Pero para no presionarme tanto, y evitar entramparme en qué dibujar y así poder darle curso a mi talento... comencé a hacer retratos. Nunca había hecho tal cosa, siempre creí que eso no era lo mío (eso por experiencias de niña de retratos fallidos jajajaja) pero entonces comencé a retratar a mi Hijo Canil, lo mostré en mis medios y redes sociales y comenzaron a llegar pedidos, fue tal el buen recibimiento de mi estilo que con esto logré cosas que quería y cosas que no me había imaginado. Puede soltar la mano; Logré mayor manejo de los colores y efectos con la acuarela y obtuve una compensación emocional al ver el buen recibimiento de las personas hacia mi trabajo, cómo se alegraron de obtenerlos y cómo a muchas de ellas logro ofrecerles de algún modo sanación dado que muchos retratos son de personas o mascotas que perdieron y que recuerdan con mucho amor. Pero lo que no pensé, es que estos retratos también serían un inicio de mi propia sanación. 

Cada retrato está hecho con mucha dedicación y el ingrediente principal es la emocionalidad. Reconozco que con las mascotas se me da de mejor forma la ilustración. Amo muchísimo a los animales, en especial a los perritos y que a diferencia, los retratos humanos han sido un desafío, pero un desafío hermoso. Porque nunca antes me había dado la oportunidad de hacerlos con tanta detención. Para comenzar cada una de las ilustraciones me es muy importante conocer el relato de quién lo encarga, creo que de alguna forma, en el dibujo se traspasa la emocionalidad que me hace llegar cada persona con sus encargos. Agradezco la confianza de cada una de las personas que solicitaron mi trabajo y que pudieron abrirse conmigo. Para mí, la emoción y la ilustración van completamente de la mano y siento que en cada una de ellas se puede notar la calidez y el cariño. En ellas no hay indiferencia, no es solo un estudio del color, sombra y proporcionalidad. En estas ilustraciones hay algo más intimo, algo que se nota en los rostros retratados, en los ojos de cada uno y eso es lo que me gusta.

Espero que disfruten la muestra que les dejo de algunos de los trabajos realizados y si es así les pido un Like ;)