Natalia Villarroel's profile

NÓMADAS DEL SIGLO 21

Nómadas del siglo 21

Por Natalia Villarroel Flores

Religiosamente, de lunes a viernes, a las 7.30 de la mañana suena el despertador de Clara. Se viste mientras prepara un café que beberá mientras espere el colectivo.
Sube como puede, si quiere llegar a tiempo a su trabajo no puede darse el lujo de aguardar y viajar más cómoda. Entra a la oficina, saluda con un “hola” general y se sienta en su escritorio, casi la tapa una pila de papeles por revisar. A lo largo del día se le acercan compañerxs a pedirle favores, jefxs con nuevas tareas y clientxs con problemas, a quienes les regala una sonrisa.
Una hora para almorzar y sigue. A las 18hs corre a tomar el subte, tan apretado que por momentos no siente sus brazos. Llega a su casa, un suspiro la ayuda a revolear las botas. “El chino cierra ¿tengo que comprar algo?”, piensa cada jornada.
De lunes a viernes es así. Algunas veces visita a Ariel, su novio, o él a ella. Piden delivery y ven el capítulo de alguna serie. Otros días sale con sus amigas, pero lo evita en días de semana. Dogmáticamente, un sábado al mes va al cine con Ariel y planean el futuro ¿Vacaciones? ¿Casamiento? ¿Hijxs?
Todo esto genera que, cada domingo, su mamá les cuente a sus tías lo exitosa que es Clara:
- ¡No saben! Clarita está ganando $80.000. Le va re bien en ese estudio de abogados. Seguro que en poco tiempo puede poner el suyo. Está pagando las cuotas de un autito. Y el departamento que se alquiló ¡Hermoso! Su novio también gana re bien. Yo creo que ya deberían ir pensando en vivir juntos.
Para su mamá, es exitosa por la cantidad de dinero que gana ¿Le habrá preguntado si es feliz?
Desde que nacemos nos entrenan para ser como Clara, para que nuestrxs mamás y papás se enorgullezcan de la cantidad de dinero que tenemos, sin importar que eso sea a costa de infinitas rutinas, en lugar de enseñar que el éxito se puede medir por cantidad de felicidad y no por cantidad de cosas acumuladas.
Hay muchos modos de vivir. Algunos nos parecerán de ciencia ficción, pero hay otros que no son tan lejanos...

Nómadas

De chicxs aprendimos que los primerxs habitantes de la tierra eran nómadas, que gracias a esa característica se pobló el planeta, que luego evolucionaron en técnicas de agricultura y ganadería y se volvieron “sedentarios”. Luego encontramos libros de exploradores que salieron en búsqueda de nuevas tierras y costumbres (muchos de ellos financiados por monarcas).
Si bien aún existen una gran cantidad de sociedades que adoptan el nomadismo como estructura organizada en tribus o clanes, lo cual suena lejano y ajeno. También hay personas (hijas del sistema capitalista) como vos, yo y quien tenés al lado que deciden ser nómadas del siglo 21.
Principalmente diferenciaremos dos tipos. El nomadismo digital: consiste en profesionales que gracias a las nuevas tecnologías pueden llevar la oficina en su computadora y viajar sin dejar de trabajar. Así pueden visitar nuevos lugares sin dejar las comodidades de un trabajo fijo. A partir de la pandemia este tipo de artículos se ha difundido bastante, ya que si puedo hacer home office en un departamento de Palermo, también lo podré hacer en una comarca de El Bolsón, siempre que la conexión a internet me lo permita. Mucho se ha escrito sobre “loquillxs” que han dejado la comodidad de las ciudades para irse a vivir ¿en medio de la naturaleza? Casi siempre con frivolidad, esos medios edulcorados cuentan historias de parejas perfectas (porque-el-amor-es-más-fuerte) y con fotos de vestidos ondulantes.
También existe otro tipo de nómadas: lxs viajerxs.
Son aquellxs que tienen como objetivo el viaje, el conocer nuevas experiencias y nutrirse de ellas. Son a quienes el conjunto de la sociedad, por lo general no logra comprender, pues dejan la seguridad de un lugar fijo, de las cosas que acumularon y salarios ¿Cómo es posible que dejen la seguridad de mandatos establecidos? Para estas personas la riqueza no pasa por lo material, sino por lo vivido, por el descubrir y conocer nuevas historias, nuevos lugares, nuevas personas. Reconectan con la curiosidad primaria con la que comenzamos a caminar el mundo hace cientos de miles de años.
Claro que lxs viajerxs no son tan desquiciados y comprenden que para cubrir ciertas necesidades básicas se necesita dinero, y a por ello van en la medida que lo precisen, el dinero no es el objetivo en sí mismo, es un medio.
Laura Lazzarino viaja hace 13 años y 11 de manera ininterrumpida, si bien hace base en su casa de San Nicolás, Santa fe (ahora por pandemia, otras para dedicarse a la escritura), afirma que el viaje es su modo de vida y se diferencia del nomadismo digital: “el nómada digital necesita de mucho tiempo estático para trabajar de manera online, tiene más relevancia el trabajo que el viaje, mientras que en mi caso es al revés: el viaje es mi trabajo”
Cuando Laura comenzó a viajar, en el 2008, recolectaba información sobre viajes en “foros” y llamativamente toda provenía de hombres. Fue entonces cuando comenzó a escribir un blog: Los viajes de nena, primero para reemplazar las cadenas de mails que mandaba a sus familiares con fe de vida y, segundo, para que otras mujeres que quisieran viajar tengan recursos. En el 2010 comprobó que el blog era más relevante de lo que imaginaba, gracias a él pudo embarcarse a la Antártida (hoy sería canje) por lo que se convirtió en un medio para seguir con el viaje.
Laura era similar a nuestra Clara, pero la atormentaba la constante curiosidad por conocer realidades distintas. Una vez fue de vacaciones a Bolivia y se encontró con una viajera que vivía con el dinero que juntaba en el día y descubrió que era posible “ser libre” y recorrer los lugares que marcaba en los mapas de las enciclopedias de su abuela.
Rompiendo con todos los prejuicios, Laura viaja a dedo. “Me encanta hacer autostop, aunque no es exclusivo, también me encanta el tren. Pero viajar a dedo me da otras herramientas: puedo conocer a la gente en su esencia”, dice la chica que se presenta como Soy la que cruzó África a dedo.
- ¿Qué pasa con el viaje y las redes sociales? ¿Hay más gente viajando?
- El viaje se volvió un producto de consumo totalmente masificado, con sus cosas buenas y sus cosas malas, favorecido por las redes y la tecnología, hay muchísima gente que viaja solo para sacarse la foto de Instagram. Hay mucho viaje de postureo. Pero, por otro lado, es positivo el hecho de que podamos ver que hay mujeres viajando a dedo, en bici, y que hacen un montón de cosas que antes nos decían que no podían. Podemos encontrar referentas, que no son rubias y de gran poder adquisitivo, y que yo no las tuve en su momento.

Cambio hijxs por viaje

Mientras toma mate, Marta se sienta en la cama que acondicionaron para que entrara en su casa: una furgoneta. En paralelo, su compañero, María, prepara el audio para la videollamada. Son una pareja de catalanes que viajan en furgoneta por América Latina y se denominan nómadas generadores de contenidos. Tienen un canal de YouTube donde cada semana publican capítulos de una serie que muestra su día a día, acaban de sacar un disco y andan dando vueltas por todas las redes sociales como Furgo en ruta.
María era un periodista gráfico que trabajaba en un periódico y Marta siempre se dedicó a la producción audiovisual. Cuando se conocieron María no tenía pensado vivir de forma nómada, fue Marta quien comenzó a incomodarlo con la idea de viajar por largo rato.
En un principio lo planearon como un proyecto documental, ahorraron durante 5 años. Y, tras largo tiempo de noviazgo, cuando la familia comenzaba a sospechar que se acercaban lxs niñxs, salieron con la idea de realizar un documental durante un año y medio, viviendo de ahorros. Tanto mutó ese proyecto que ya llevan 9 años en ruta, sin ahorros y sin documental.
Gracias al viaje, adoptaron la costumbre de tomar mate, de comer ceviche y arepas, no son tradicionales de su tierra, pero tanto internalizan las vivencias de los destinos que visitan que los incorporan y es lo que construye su identidad.
Si bien hoy ponen sus profesiones al servicio de la travesía, han sido músicos itinerantes, artesanos, vendedores de comida, communities managers y un montón de etcéteras. Es por eso que Maria con mucha alegría, anuncia “desde hace un mes podemos vivir de los ingresos que nos genera el contenido de YouTube y otras cosillas digitales. No es mucho, pero tampoco gastamos mucho. Es lo que nos permite este estilo de vida, no tenemos que tener grandes ingresos para vivir”. En concordancia, Marta agrega: “Al principio hacíamos esa relación. Para pagar alquiler y gastos fijos necesitábamos entre 3 y 4 veces más de lo que usamos ahora”
- ¿Son “evangelizadores” del viaje?
- Yo creo que no se trata de convencer a otros a que viajen y de decirles que la vida nómada es la mejor del mundo, aunque sí lo creo. Se trata de decirle a la gente que viva lo que le apasiona, no importa qué sea. – Responde María.

Maternidad viajera

Marruecos de sur a norte, cruzar el atlántico, Canadá de este a oeste, una valija, dos mochilas, un cochecito, bus, tren y tres aviones, en tres días… ah, y una beba. Todo eso hizo Denise D’Uva para llegar a Squamish con Luna, su hija. Tras largos años de recorrer el mundo decidió que ese pueblito en el suroeste canadiense era la mejor opción para la primera infancia de su hija.
Si bien, el viajar es central, gracias a los testimonios comprendemos que ser viajerxs, no solo pasa por estar en constante movimiento, es una concepción de vida, de cómo nos involucramos con el entorno y cómo invertimos el tiempo (el tiempo es la moneda de cambio). Algunxs pasan largos periodos en un mismo lugar y otrxs vuelven a lo que llaman hogar periódicamente.
Bajo estas nociones también existe la crianza de hijxs, basta buscar “familia viajera” para que el navegador nos devuelva decenas de ejemplos, pero ¿Cómo es ser una madre soltera viajera?
- No fue algo que decidiera. Creo que tanto me enamoró la vida nómada que elegí como padre de mi hija a un nómada con todas las letras – Sonríe, Denise mientras se acomoda el pelo – El papá de Luna nació en el desierto, en una comunidad nómada real, no fue a la escuela, etc. Intentamos vivir juntos, había mucho amor, pero él muy de oriente y yo muy de occidente… Nunca es fácil ser madre, me apoyo mucho en los vínculos, en la hospitalidad de las personas que conozco… no es fácil. Así que decidí escribirle un diario a mi hija, para que sepa y tenga en sí misma un poco de todo esto, con el tiempo una amiga me incentivo a publicarlo para que las personas conocieran que hay otras maneras de maternar y así nació “El diario de Luna”. – El.diario.de.lunatihya es una cuenta de Instagram donde Denise le cuenta el día a día a su pequeña.
- El título de viajero es el pasaporte de ciudadano del mundo con el que muchos se solidarizan y descubrís qué hospitalario es el mundo; y Luna ya lo tiene - Sentencia con firmeza Denise.

Lado B

No importa cuál sea el modo de vida que elijas, nunca son completamente rosa. Siempre hay obstáculos, problemas, tristeza, depresión… la vida misma.
Natalia Méndez es colombiana, autora del blog Cuentos de mochila y del libro Me largo a volver conmigo y, principalmente, viajera desde hace 10 años. Actualmente reside en México donde la pandemia la puso en pausa. Fue muy criticada, por no decir siempre cosas bonitas sobre sus viajes y sobre cómo es su vida.
- Ser viajera, mujer y sola no es fácil y menos en Centroamérica. Hay mucho machismo y realmente la pase mal. En algunos lugares tenía miedo de salir a la calle por el acoso. El acoso que también sufría en algunos hostales, donde piensan que si estás sola tienen oportunidad contigo. Las mismas mujeres cuestionan el por qué estoy sola, sin marido y sin hijos. A veces se hace muy pesado, hubo momentos en los que hacía amigos o amigas para no andar sola - comenta Natalia. Sin embargo, las malas experiencias no la desalientan: - Hay que ser muy consciente de cuidarse para poder descubrir y disfrutar de los lugares y de la gente buena. Más allá de todo esto sigo eligiendo hacerlo sola, así me descubrí como una guerrera capaz de hacer cosas impensadas.

No tan distintxs

La próxima vez que nos crucemos con algunas de estas personas viajeras, nómadas, exploradoras, aventureras, errantes, caminantes o como quieran llamarse, antes de zurrar con un “ya va a madurar”, “se va a la nada” o “de qué va a vivir”, deberíamos reflexionar sobre que no son tan extrañas y en que siempre han existido. Desde aquellxs primerxs nómadas que salieron a caminar y poblar el planeta, hasta aquellxs exploradorxs que salían a tierras recónditas para descubrir dónde terminaba el mapa. Salvando las distancias temporales ¿no son parte de la misma curiosidad del ser humano?
No imagino a la mamá de Fray Mocho diciéndole en cada travesía emprendida: “Espero que madures pronto y sientes cabeza.” Qué distinta sería nuestra historia si quien debía salir a “descubrir” nuevas tierras tenía miedo de dejar la casa calentita de sus padres.

NÓMADAS DEL SIGLO 21
Published:

NÓMADAS DEL SIGLO 21

Published:

Creative Fields