"¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?”
El segundo día de la semana parece similar a los demás, el calor es absorbente, incluso desde temprano.
Las madres comienzan a llegar, portando en sus vestimentas la ficha de desaparición de sus hijos.
La organización es latente, hay esperanza y lucha en cada movimiento; en cada paso bajo el sol, en cada picotear. La tierra se levanta desde las palas, impregnándose en las manos de todas y todos los que esperan encontrarles.
¿Qué sería de nosotros sin las madres que nos cuidan, nos arrullan e incluso en los momentos más dolorosos… nos buscan?
Gracias por revisar cada centímetro de la tierra, cada hoyo, gracias por oler lo que nadie en otro contexto se atrevería. El Estado les debe una disculpa, la sociedad les debe admiración y respeto inmediato.
Estas son, las madres que buscan y encuentran, que prevalecen, dignifican y nos hacen pensar en lo evidente, la justicia es un privilegio de las élites en el estado de Jalisco.
Sin perdón, ni olvido y hasta encontrarles.
Agradecimiento especial y sincero a la Brigada Madres Buscadoras.
"¿Acaso no merecemos más que una tumba en un basurero, en un terreno baldío o a un lado de la carretera? ¿Acaso no merecemos más que un par de dólares? ¿Somos equivalentes a unos kilos de carne muerta? O explíquenme porque nos toman, nos usan, nos privan, nos violan, nos matan y se roban nuestras almas, en un intento de saciar su sed de suficiencia, placer y poder."
Alejandrina, 20 años, victima de feminicidio.
