Sen·hu is not an object, it is a complex and very unintuitive way of interacting with an electronic object. A human way of understanding between a “machine” and a person without means of translation between them.
It’s an experiment, a shift in thinking about what machines or electronic devices should offer us. A challenge to the pure helpfulness of devices around us. The human being has his needs, which in some cases are satisfied by something material. What is always forgotten is that, first and foremost, he has immaterial needs, feelings that make them feel sensations.
In a society in which the solution is to mechanize everything and give us life to the fullest, the question is, can the machines satisfy our human needs?
It’s an experiment, a shift in thinking about what machines or electronic devices should offer us. A challenge to the pure helpfulness of devices around us. The human being has his needs, which in some cases are satisfied by something material. What is always forgotten is that, first and foremost, he has immaterial needs, feelings that make them feel sensations.
In a society in which the solution is to mechanize everything and give us life to the fullest, the question is, can the machines satisfy our human needs?
Sen·hu no es un objeto, es una manera compleja y poco intuitiva de interacción con un objeto electrónico. Una forma humana de entendimiento entre una “máquina” y una persona sin necesidad de medios de traducción entre ambos.
Es un experimento, un cambio de planteamiento sobre lo que las máquinas o aparatos electrónicos deberían ofrecernos. Un cuestionamiento a la pura servicialidad de los aparatos que nos rodean. El ser humano tiene sus necesidades, que en muchos casos se sacian mediante algo material. Lo que se olvida es que, ante todo, tiene necesidades inmateriales, sentimientos que le hacen experimentar sensaciones.
En una sociedad en la que la solución es mecanizarlo todo y facilitarnos la vida al máximo, la cuestión es, ¿pueden las máquinas saciar nuestras necesidades más humanas?
Es un experimento, un cambio de planteamiento sobre lo que las máquinas o aparatos electrónicos deberían ofrecernos. Un cuestionamiento a la pura servicialidad de los aparatos que nos rodean. El ser humano tiene sus necesidades, que en muchos casos se sacian mediante algo material. Lo que se olvida es que, ante todo, tiene necesidades inmateriales, sentimientos que le hacen experimentar sensaciones.
En una sociedad en la que la solución es mecanizarlo todo y facilitarnos la vida al máximo, la cuestión es, ¿pueden las máquinas saciar nuestras necesidades más humanas?
