Imagina que tienes que pasar 73 años sin volver a la normalidad. Imagina que no puedes reunirte con tu familia en el pueblo de los abuelos y no porque hayas dado positivo en una PCR, sino porque tenéis prohibido entrar allí. Imagina que tienes que elegir entre tu propio futuro y el de los niños a los que ayudas con tu trabajo, o sentir que tus raíces están en la memoria heredada de tus mayores, pero no en la tierra de la que provienes y que nunca has podido pisar. Imagina que no puedes enterrar a tu padre en su pueblo y lo único que puedes hacer es colarte ilegalmente a recoger arena para su tumba.

Esas son las historias que cuentan los protagonistas de #CartasAPalestina, unas cartas imposibles de enviar a unos hogares que dejaron de ser suyos en 1948, mientras la comunidad internacional sigue sin solucionar una situación propia de un relato de Kafka. 

Escucha sus voces, las voces de una espera sin fin.