Hace ya más de un mes que la tierra tembló y surgió el volcán que tiene en vilo a toda España. El Cumbre Vieja se abrió para dar salida a toneladas de gases, piroclastos y lava, dando lugar a la transformación, para siempre, de la isla de La Palma en Canarias, España.



No pude resistir la tentación de vivir en primera persona la erupción de este volcán que nos ha roto los esquemas a todos por lo inesperado de su irrupción y la destrucción que ha producido, justamente en la zona más poblada de la isla bonita. 
Así que tomé un vuelo a Tenerife para después llegar en un vuelo regional hasta el aeropuerto de La Palma y acercarme al volcán. Abordo conocí a alejandro, un palmero que cultiva plátanos y fresas y que volvía de Santa Cruz para reparar el riego de su plantación y que me indicó los puntos más accesibles y seguros para poder observar el volcán con seguridad. También me regaló unas gafas, mascarillas y un sombrero, que comprobé imprescindibles para poder permanecer en el exterior en las inmediaciones del volcán y las coladas. Gracias Alejandro.

Dejé a mi nuevo amigo en su casa y me dirigí hacia El Puerto de Tazacorte, para comer un buen pescado fresco (una viejas fritas), unas Lapas y Un Polvito Uruguayo, postre típico canario tremendamente goloso…
Mas tarde, ya de noche, me acerqué al Mirador del Time, desde donde se divisa todo el valle suroeste de la isla y desde donde se disfruta de una vista privilegiada del volcán y, aprovechando que teníamos una preciosa luna llena, tomé algunas fotos realmente impresionantes.

Si no fuera por el sufrimiento de nuestro hermanos los palmeros y la destrucción de patrimonio y los recuerdos de tantos de ellos, este sería un hermoso espectáculo. Pero, lamentablemente, las coladas alcanzan cada día más viviendas, plantaciones y negocios, destruyendo así el modo de vida de muchas personas que tendrán que volver a empezar de cero.
Cumbre Vieja
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