Guatemala es un país donde día a día se reportan varios embotellamientos vehiculares, ya que la mayoría de sus calles son muy estrechas y, sobre todo, con la carga vehicular que producen los automóviles y transporte pesado. Todo esto hace que el tráfico sobrecargado sea una de las principales razones por la que los guatemaltecos vean accesible circular en una motocicleta. 

Conducir en un vehículo de dos ruedas es un gran alivio para los guatemaltecos, porque evitan estar paralizados en el tráfico y es beneficioso para su bolsillo por ser un vehículo que consume poco combustible por kilómetro recorrido.

En los últimos años se ha visto un incremento en la adquisición de motocicletas debido a que agencias de venta de motos han impulsado con diferentes promociones. Distintos bancos otorgan créditos a sus clientes para financiar y obtenerlas de manera más cómoda y rápida.

El gancho de las cuotas pequeñas es el principal aliciente que motiva a adquirir una, sin olvidar los requisitos mínimos. Y es que según la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), en los últimos años se ha incrementado en un 42 % el parque vehicular de motocicletas en el país.

Si bien es un transporte que ha venido a beneficiar a la población con respecto a la rapidez y la economía, trae consigo la desventaja en cuanto a percances se refiere debido a las negligencias de conductores y violaciones de la ley de tránsito.

Durante la pandemia este medio de transporte se popularizó debido a que el transporte público no circulaba en las calles para prevenir contagios, lo que afectó a las personas que dependían de ello.

El alza de motocicletas durante la emergencia del covid-19 fue alta, debido a que el sector comercial vio una oportunidad de captar nueva clientela. Todo bajo el lema de ser un medio de transporte para personas trabajadoras, además de beneficioso para los guatemaltecos que iniciaron un emprendimiento como comida rápida o envío de paquetes para poder suplir los ingresos perdidos.

 Una fuerte cifra de personas perdió sus empleos ante esta pandemia, siendo este un vehículo dio esperanza de trabajar como repartidores de comida, mensajeros de paquetes o “moto taxis” apodados acá en Guatemala. 

En el caso de estos últimos, se masificaron a raíz de la mencionada ausencia de transporte público y era posible encontrarlos en las principales paradas de autobuses en la ciudad, para transportar personas por módicos precios entre Q5 y Q20, dependiendo del recorrido.

 Existe un amplio campo de trabajo en motocicleta, pero cabe resaltar que la mayoría de estos puestos de trabajo son informales y sumamente peligrosos. En su mayoría se enmarca en la entrega rápida o la prontitud de llegada. 

Dentro de este campo laboral, se da mucho el delivery, traduciéndolo al español se refiere a “entrega”. Desde el año 2015 surgió este tipo de servicio en Guatemala, la mayoría es solicitada por aplicaciones mediante aplicaciones en los celulares.

Estas permiten coordinar las entregas con los clientes quienes pueden solicitar comida o paquetes. Durante la pandemia fue bastante útil esta alternativa para los supermercados, farmacias, restaurantes de comida rápida, tiendas de conveniencia y emprendimientos.

Es de recordar que las restricciones de movilidad impuestas por el gobierno durante el año 2020 imposibilitaron la atención de restaurantes de forma presencial durante meses. Sin embargo, conducir estos vehículos motorizados conlleva un proceso de gran responsabilidad que implica un compromiso sólido por parte de usuarios e instituciones involucrados. Algo que no siempre se da.

 El incremento de motocicletas en país durante las últimas décadas ha afectado el registro de percances viales de tránsito involucrando a una moto en accidentes diarios, debido a que muchas personas poseedoras este vehículo no cuentan con la pericia necesaria, ya sea por no contar con documento que lo avale o lo hayan adquirido de forma anómala.

MAYCOM, la empresa autorizada licencias de conducir maneja un precio estándar desde Q100 por año de renovación del documento, sin embargo, los requisitos previos son más complicados y largos para llegar a ese punto.

Dentro de dichos requerimientos (publicados en su página web) podemos encontrar el certificado de aprobación de examen de manejo extendido por una escuela de automovilismo autorizado por el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil. Además, un examen de la vista emitido por una Clínica Óptica que cumpla los requisitos establecidos.

El proceso para obtener estos documentos, en especial el certificado, implica un tiempo de inversión bastante alto que buen parte de los guatemaltecos no desean perder y optan por conducir sin licencia a riesgo de percances o multas por parte de las entidades que regulan el tránsito. 

Mientras que otros acuden al mundo del mercado negro donde tramitadores esperan en los alrededores de los Centros de Emisión captar clientes. 

Este sector maneja tarifas entre Q600-Q900 por un certificado “original” por parte de una escuela de manejo, según un sondeo realizado por este medio, donde la licencia M (para motocicletas) es la más buscada según los tramitadores.

Se realiza un pago inicial que cubra la mitad del costo, se deja una fotocopia de DPI y al día siguiente el cliente puede llegar por su documentación si siquiera haber pisado una escuela de manejo.

En el caso del examen de la vista, ópticas ubicadas en las cercanías hacen la evaluación sin una base confiable en cuanto a la eficiencia del mismo, solo basta con pagar los Q50 pactados para obtener una visión “perfecta” en el documento. 

Aunque no es excusa, la cadena de corrupción alrededor de la adquisición de una licencia de conducir (no solo motocicletas sino automóviles), provoca que personas no calificadas ronden las calles del país poniéndose ellos mismos en peligro y a sus semejantes

Sin embargo, la ausencia de documentación y/o adquisición anómala no es el único factor que provoca tragedias motorizadas en el país, ya que la imprudencia por parte de los pilotos, aun estando calificados para conducir, complica la situación. 

Sin ir tan lejos, el reglamento de tránsito de Guatemala estipula que las motocicletas deben circular en el carril del lado derecho. Pero los usuarios transitan los carriles medios entre automóviles y transporte pesado, situación que puede llevar a una cadena de sucesos fatal.

 Y es que según cifras que maneja el departamento de tránsito de la PNC al año se dan más de tres mil percances en motocicleta en el país, que incluyen atropellos, caídas, choques y colisiones. Esto sin contar los no registrados formalmente. Sin bien un accidente se puede dar en cualquier calle, las principales calles y avenidas que registran mayores embotellamientos son las que aglomeran más incidentes, tales como la Interamericana, calzada Roosevelt, calle Martí y carretera a El Salvador. 

Otro factor imprudente que suma a esto es la alta ingesta de bebidas embriagantes por parte de los pilotos, lo que afecta sus habilidades motrices, mentales y de atención.

Según una publicación del Ministerio de Salud, en Guatemala un 24.5 % de habitantes consumen algún tipo de bebida alcohólica con regularidad. El mayor porcentaje corresponde a hombres con un 66 % en contra del 34 % de mujeres. 

No es de extrañar que al suscitarse un accidente de tránsito “el estar borracho” sea la primera hipótesis planteada, aunque no siempre sea el factor determinante. El Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito, ONSET realizó un estudio al respecto sobre el factor de riesgo que el alcohol significa, con un sorprendente resultado de 89 % de pruebas negativas (incluyendo motocicletas y automóviles).

En el mismo tono, las motos son el tipo de vehículo que recibió más sanciones: 524 (25%) de un total de 2,130 infracciones contabilizadas en enero de 2021 de acuerdo con el boletín del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC). En la mayoría de los casos reportados, se debió a no portar licencia de conducir o conducir sin la misma. 

El reporte de Tránsito de la PNC también revela que las motos constituyen el medio de transporte con mayor incidencia en hechos de tránsito, con 481 casos registrados (44%) de un total de 1,095 sucesos. 

El dato comparativo de enero 2020 a enero de 2021 muestra que las motos reflejaron un incremento en cuanto a mayor número de casos registrados, más fallecidos y lesionados. Esto debido al crecimiento del parque vehicular y la movilidad, según el boletín.

Por otro lado, las experiencias del uso de motocicleta no pueden faltar, ya que se sabe que la motocicleta ha sido uno de los medios de transportes preferidos por el género masculino, máxime por la ventaja que implica en el tráfico capitalino. 

El joven Cristian Sáenz, que durante 5 años ha utilizado la motocicleta como medio de transporte, nos comparte su experiencia sobre el manejo de este transporte de dos ruedas

-Cristian para usted ¿Cuál es el reto más difícil de conducir una motocicleta?

 “El más difícil de conducir una motocicleta es estar pendiente de todo lo que pasa alrededor, cuando uno conduce entiéndase, carros, personas, animales, otros motoristas. Y también tomando en cuenta el clima y así evitar algún accidente o percance.” 

-En lo personal, ¿Ha tenido algún percance fuerte conduciendo? “Sí, el más fuerte que tuve fue cuando tenía apenas 5 meses de manejar moto en el bulevar San Cristóbal mi moto quedó desarmada. Yo salí expulsado como aproximadamente 8 metros después de donde fue el impacto.”

 -¿Qué es lo que le recomienda a las personas que empiezan a utilizar motocicleta? “Lo que más les recomiendo a todas las personas que están empezando a utilizar motocicleta como medio de transporte, es que inviertan en un buen equipo de protección. Casco, guantes, chumpas con protección especial, rodilleras, y que sean siempre prudentes con la velocidad.” 

-Y por último Cristian, cuéntanos ¿Cuál es la experiencia más bonita que se vive manejando motocicleta? “Lo mejor es cuando uno va de viaje en motocicleta y la ruta es con curvas, ya que cuando las curvas son cerradas se siente más la adrenalina de ir en motocicleta y sentir todo el aire fresco, aparte de la rapidez con la que uno llega a todos lados.”

Aunque las bicicletas no están registradas en el parque vehicular de la SAT, se sabe que la pandemia también provocó cambios en la forma de transportarse en las personas con menores ingresos o que buscaron una forma más saludable de movilizarse. 

Por ello, las bicicletas tuvieron un incremento del 25% de sus ventas el año pasado, respecto a 2019, como lo señaló Héctor Alvarado, ejecutivo de Corbes de Guatemala, S.A.Su bajo costo la convierte en una opción de transporte más económico que su contraparte de motor, sin contar con la contribución al medio ambiente al omitir la emisión de gases dañinos