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El Cristo de las cintas

EL ESCENARIO
Difícilmente la escena podría ser más particular.
Una imagen de Cristo con los ojos vendados en mitad de la iglesia, a ella están atadas cientos de cintas de colores que inundan el templo.
En los extremos de las cintas se aferran los creyentes, en un gesto ya sea de agradecimiento o de solicitud del favor divino.
No se parece a nada que conozca, el altar deja de ser protagonista en este rito, los miembros de la cofradía del "Cristo de las Promesas" hacen la labor de atar cintas a la  figura del Cristo vendado.
Incluso el rito de la eucaristía se hace al pie de la figura y entre las cintas, un contraste colorido a la solemnidad del momento.
UN ORIGEN INCIERTO
Vine a Cot como parte de un parte de un encargo de El Bloque Documental, mientras mis colegas fotografiaban tradiciones en el resto de Centroamerica, yo decidí profundizar sobre esta tradición.
Había escuchado y vistos algunas fotos con anterioridad y tenía mucho curiosidad por saber más.
Traté de buscar información para comprender esta procesión de cintas atadas a Cristo, y para mi sorpresa encontré muy pocas certezas respecto al origen.
La idea popular es que se trata de una tradición guatemalteca que vino a parar de alguna forma a las montañas de Cartago.
Indagando más, uno se encuentra con la afirmación que fue durante los años setenta del siglo XX que dio comienzo la tradición. Un cura asignado al pueblo de Cot de Cartago organizo la primera procesión, y dijo que era una tradición de Guatemala.
La luz de la tarde entra en el templo, las cintas se convierten en haces de luz.
Luis Bruzón, doctor en comunicación e investigador del patrimonio cultural centroamericano dice que no ha encontrado una tradición como esta en Guatemala.
Por mi parte también la he buscado sin éxito.
No puedo evitar imaginar a un sacerdote tratando de crear un rito de cohesión para su diócesis, y ante las preguntas indiscretas inventa un origen imposible de comprobar en aquel momento.
LA PROCESIÓN
Llega el momento de la procesión.
Cientos de cintas tiran del Cristo vendado, por momentos se escucha crujir la madera del pedestal que levantan los porteadores.
Parece imposible que logren pasar por la puerta de la iglesia, un momento de coordinación, la multitud relaja la tensión en la cintas, los porteadores bajan la figura y alcanzan el exterior.
En la calle vuelve a ser notoria la tensión de las cintas que se entrelazan y unen a la multitud.
Tengo la sensación que los porteadores podrían soltar la figura y esta se sostendría por la fuerza de quienes sostiene las cintas.
La procesión avanza lentamente por las calles de Cot, los  eles caminan bajo una cubierta multicolor.
LUCAS 22:64
Le vendaron los ojos, y le preguntaban: "Adivina, ¿quién es
el que te ha golpeado?"
TODOS COMPARTIMOS EL PESO DEL MUNDO
No soy católico, quizá por eso me resulta tan llamativa esta tradición.
Entiendo que la imagen del Cristo con los ojos vendados hace referencia a un pasaje bíblico, y las cintas representan peticiones de los fieles, pero yo hago otras lecturas.
Cuando veo la procesión caminar por las calles de Cot, veo una metáfora de la condición humana que todos compartimos, ese entrelazado de dolores y anhelos que se ven afectados y amplificados por el de los otros.
La venda cubre más el rostro de Cristo que sus ojos, porque de alguna forma podría ser el rostro de todos, el peso que sostienen las cintas, es el peso del mundo.
Todas las fotografías realizadas por JP Monge, como parte del encargo: Escena y Ritual de El Bloque Documental.
Cartago, Cot, Costa Rica.
El Cristo de las cintas
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El Cristo de las cintas

Una tradición de origen incierto

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