Relato de vida llevado a cabo por el dolor y la necesidad genealógica de establecer un dialogo entre la voz y el cuerpo de mi abuela materna cuando ella y sus emociones se emborrachan. En este espacio la obra escenifica su dolor en soledad, su cuerpo y voz remiten a su territorio domestico familiar, que a través de gritos provocados por el alcohol se impregna de letanías y duelos personales con los que ella establece diálogos eufóricos con su pasado y la soledad que subyace al presente.
Los objetos que acompañan y construyen la escena fueron recuperados y archivados en Documentos emocionales que configuran el espacio-tiempo que habita mi abuela cuando borracha habla con Dios y con su hermana; El cabezal de la cama, y tablas son vestigios que pertenecieron a Benilda su hermana, de la que aún conserva el duelo y a la que llama continuamente entre lamentos; la trenza de cabello que reviste la escultura es un obsequio de mi abuela hacia mi en un momento de compartir esencias mutuamente; La secuencia que se escucha es su voz, audio que recopile en uno de esos días en que se quebró y acudió al alcohol para embriagarse y reconocerse vulnerable. La historia de mi abuela se remite a su estancia y en ella a su cama como el lugar que ha presenciado el cólera y los desagravios que se han provocado en su vida.
