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El Elefante Asiático: Condenado a ser artista

El Elefante Asiático: Condenado a ser artista
Reportaje fotográfico sobre el maltrato que sufre el Elefante Asiático en Tailandia viviendo en crueles condiciones, sometido a largas jornadas de trabajo o sufriendo fuertes daños físicos y psicológicos, con el fin de convertirlo en un mero objeto de atracción para una industria del turismo en auge.
Símbolo nacional
Durante toda la historia de Tailandia, el elefante ha sido un importante símbolo religioso y de realeza. Sin embargo, hoy únicamente parece ser un objeto turístico.
Elefantes en la historia
La importancia del elefante en la historia de Tailandia se aprecia también en los lugares más queridos y respetados por los tailandeses: los templos.

Gangas
El elefante está presente en el día a día de los tailandeses: mercados callejeros, inmobiliario urbano, monumentos, entre muchos otros.
Phajaan
Phajaan significa literalmente romper el alma. Es el proceso de adiestramiento del elefante. Consiste en dejarle completamente inmovilizado mientras varias personas le golpean sin parar con diferentes herramientas hasta que se le “rompe el alma” y pasa a ser un completo sumiso. A partir de aquí, comienza su vida de encadenado.
Prisión sin rejas
Los elefantes son seres muy sociables que necesitan contacto físico y comunicación mediante sonidos entre ellos. El aislamiento al que se ven sometidos en estos centros es extremadamente perjudicial para la salud mental del animal provocando lo que los científicos conocen como “trauma relacional”.
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Hora del almuerzo
Los turistas alimentan con plátanos y bambú a los elefantes. En estos centros la dieta que reciben es inadecuada e insuficiente
Salvajes pero sociables
La foto se ha convertido en un acto fundamental en estas visitas. Tanto, que los elefantes han sido enseñados a dar besos mientras realizan las fotos, a poner y quitar sombreros, dar abrazos con la trompa o resoplar para que se descoloque el pelo del turista y provoque una foto natural y divertida.
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Ankus
El ankus, un gancho metálico punzante, es usado durante el Phajaan para pinchar en las partes más sensibles como los ojos y los oídos. En esta fase muchos quedan sordos y ciegos.
Recuerdos clavados
Los mahouts continúan llevando consigo el ankus para cuando el elefante desobedece utilizarlo en la cabeza o por detrás de las orejas. Esto hace mantener el control de los elefantes ya que les recuerda su sufrimiento. El Phajaan causa un trauma conocido como Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) propio también de las personas.
Correas metálicas
Un elefante es arrastrado hacia una de las zonas del recinto donde hay más turistas para que se puedan hacer fotografías con el animal y le puedan alimentar.
Rutina implantada
Los elefantes son llevados al río del propio recinto para bañarles y mostrar una de sus rutinas que es el baño en las aguas de un río. Sin embargo, este mini-show forma parte del programa que realizan todos los días antes de ofrecer el espectáculo principal.
Comienza el show
El público es avisado de que va a dar comienzo en breve el show de los elefantes donde, según indican, muestran su increíble inteligencia y las habilidades que son capaces de aprender, así como lanzar dardos para explotar globos, tocar la armónica, pinta cuadros o jugar al fútbol.
Mahout
El mahout es la persona al cargo de un elefante. Hoy en día, con la industria del turismo en auge, la calidad de la formación del adiestrador ha pasado a ser muy pobre con tal de acortar tiempos y conseguir un mayor beneficio y por ello, el elefante es tratado con una mayor dureza para que obedezca antes.
Daños colaterales
Un elefante y su mahout se dirigen hacia el área donde se realiza el show andando por el asfalto. Andar por este tipo de superficie dura provoca erosiones en las almohadillas plantares de las suelas del elefante dejándoles sin amortiguación y por ello dolor al andar.

Nacido para ser artista
Para hacer que un elefante pinte cuadros es necesario un entrenamiento extremadamente intensivo para lograr que obedezca al mahout durante la actuación.

Un arma silenciosa
Para dirigir a los elefantes cuando pintan cuadros, los mahouts utilizan una técnica más discreta que usar el ankus: les clavan las uñas en las orejas. Las orejas son una de las partes más sensibles de un elefante y esta forma de control les produce muchas heridas y dolor.

Un arte caro
Los cuadros pintados por los elefantes son puestos a la venta en los establecimientos del propio centro, los cuales tienen un precio equivalente a unos 40 euros por unidad.

Diversión garantizada
Un público muy emocionado disfruta de una ronda de penaltis entre elefantes donde uno de ellos toma el papel de portero y el otro vacila antes de lanzar la pelota a la portería causando risas entre la gente.
Animales salvajes cautivos
Según los expertos, el elefante no será un animal domesticable hasta que no pasen al menos 12 generaciones de crianza selectiva. A día de hoy van por la primera o segunda generación, por lo que cuando las agencias turísticas usan la terminología “domesticados”, en realidad quieren decir “animales salvajes cautivos”
Propinas sin beneficios
Al finalizar cada espectáculo, los elefantes y encima de ellos sus respectivos mahouts, se acercan a las gradas para pedir propinas al público por su actuación.

Ridings
Una de las principales actividades turísticas es el montar en elefante. Los dueños de los elefantes encontraron en la industria del turismo una alternativa económica tras la aprobación de la ley de 1989 que supuso el  fin de la deforestación de los bosques de Tailandia donde estos elefantes trabajaban.

Cargas infinitas
Los 100 o 200 kg del sillín metálico sumado al peso de las 2 o 3 personas subidas y el mahout provoca severas fracturas en la columna vertebral. Aunque parezca lo contrario, el cuerpo del elefante sólo es capaz de soportar su propio peso.

Desapareciendo
Son muchos los elefantes que se encuentran encadenados y están muriendo por vivir en condiciones deplorables. Hoy en día tan sólo quedan vivos 4.400 elefantes cautivos y 2.500-3.200 salvajes.

El comienzo
Es en estos inofensivos folletos turísticos donde empieza el sufrimiento de un animal que se ha visto atrapado por una industria del turismo que no para de crecer. Si cada uno de nosotros no actuamos en consecuencia, el elefante asiático acabará por extinguirse.
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