La apertura de una nueva farmacia en la población de Ribarroja, cerca de Valencia, hizo que el cliente nos pidiera la reforma de un viejo edificio para convertirlo en un icono impactante en la zona.

La fachada, realizada con paneles de Alucobond, se concibe como una gran caja blanca volada sobre una planta baja totalmente permeable. La primera planta alberga las zonas privadas como el despacho, el almacén, el laboratorio y la estancia para las guardias. Todo ese programa recibe luz natural por su fachada trasera, orientada a sur, mientras la fachada opuesta, la principal, se emplea como un gran rótulo comercial.

La planta baja queda totalmente expuesta al público, salvo el aseo y una sala de reuniones. Desde la entrada, las luminarias guían al cliente hacia los mostradores, mientras se distribuye el producto con mobiliario a medida creando diferentes recorridos. En el centro de la sala comercial, un árbol se eleva por encima del resto de elementos, potenciando el mensaje saludable de la farmacia. Otros elementos destacables son los mostradores, realizados en Corian y diseñados como una fina lámina sobre la que destaca una cruz de madera. Este material, junto con el suelo de mármol, refuerza ese mensaje moderno e higiénico que se pretende transmitir.

Arquitecto colaborador: Luis Duart
Fotografía: Germán Cabo