Quizás no podamos entrar en ellos, pero los reflejos nos
presentan nuevos lugares antes desconocidos.
Extienden las fronteras del espacio que habitamos,
son la ampliación virtual de lo que ya conocemos de memoria,
pero nos permiten descubrir nuevos rincones de nuestro espacio
que cada día se siente más y más reducido.
Nos ofrecen vistas que resultan imposibles fuera de ellos,
reflejando la realidad pero sin intensión de imitarla,
dejándonos escapar de aquí aunque sea por un momento.
