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Quince por Quince - Reportaje Madrid

Quince por Quince
Un espacio cerrado para una historia del pasado 

Un lugar que rompe con la expresión del arte, en donde muchos artistas actúan durante escasos minutos, pero el trasfondo que los aborda es más allá que solo la actuación, quince minutos, quince metros cuadrados y quince espectadores que dan un giro al teatro como concepto artístico, todas relacionadas entre ellas para consignar un tema en común, la prostitución.

Diversos proyectos se crean a lo largo de los años, proyectos de todo tipo capaces de captar la atención de un público, generados para el ocio, la distracción o como una forma de pasar el tiempo, fomentar el arte es una de las mejores maneras de desarrollar valores culturales perdidos y una de las mejores formas de hacerlo es haciendo relucir el pasado. Una historia que se remonta hacia algunos años atrás y que comienza en la Calle de la Ballesta, una corta vía ubicada en el centro de Madrid. Entre el 11 y el 22 de noviembre de 2009, un grupo de creadores, artistas y directores, descubren un viejo prostíbulo abandonado y bajo la idea de crear un nuevo proyecto personal con el fin de recolectar dinero, deciden organizar un espectáculo en dicho lugar con el nombre de “Microteatro por dinero”

Para ese momento se alojaron grupos independientes en las trece habitaciones del lugar y tenían como meta crear una obra independiente de quince minutos, con la finalidad de honrar y darle el valor merecido al lugar encontrado, así como a las mujeres y a todas las historias vividas en ese local. En su momento, la obra estuvo tan bien recibida y fue tan apreciada que algunas llegaron a repetirse más de veinte veces en un solo día.
Lo que comenzó siendo un experimento, se convirtió en un nuevo tipo de arte y cuando prometen volver lo consiguen. En el 2010 regresan, el grupo abre sus propias puertas en una vieja carnicería justo a la vuelta de la esquina de donde se realizó por primera vez aquel gran espectáculo. La Calle de Loreto y Chicote se convierte para el momento y hasta la actualidad en un espacio activo y capaz de conservar ese concepto que los vió nacer.

Irene Herrero una de las principales pertenecientes a este grupo de creadores y encargada de la comunicación del lugar, nos permite entender un poco más a fondo la temática y su funcionamiento, “En un principio, el lugar es bastante pequeño, sobretodo las salas de abajo, la obra comienza y las entradas se siguen vendiendo para la siguiente función y se repite el número de veces que espectadores lleguen, hasta cierta hora determinada”. El diseño tan diferente de este tipo de obra teatral tan rápida y continua, se debe a que se busca hacerle entender al público una referencia al mundo de la prostitución “así funciona este trabajo incluso hasta el sol de hoy, todo muy rápido, las personas entran y salen de una habitación y todo con límites de tiempo y eso es lo que hacemos ver”.
Un espacio escénico que fomenta la cultura y el arte en una gran magnitud, sobretodo por su valor conservador y representativo. Cada una de las características permite al espectador entender la vida de este estilo. Se muestran cinco obras y se encuentran repartidas en cinco oscuras salas, adornadas con paredes de gamuza, puertas siempre cerradas hasta la hora de su comienzo, identificadas con nombres y número. Aunque cada una de ellas tenga una temática e historia diferente, todas tienen una relación muy dirigida hacia el mismo tema, lo que hace también que quien las vea, tenga la necesidad de buscar ese trasfondo y entenderlo, las obras son realizadas en salones sumamente diminutos, quince metros cuadrados y pocos centímetros más son los que separan a los actores del público, haciendo que el espectador deje de serlo para convertirse en parte de la historia y quince minutos por obra son suficientes para dejar al público esperando más.
“Logramos la entrada de un teatro convencional, a pesar de ser solo quince personas por sala, mantenemos una fluidez constante y cada obra se presenta tantas veces como haya un espectador o como en aquellos tiempos, un cliente”. Aclara Irene 

La idea de comenzar un proyecto desde lo más pequeño, fomenta la oportunidad de crecer con el paso de los años. Miguel Alcantud y Verónica Larios son los directores generales en este proyecto que llega a sus diez años en pie y que se mantiene intacto hasta la actualidad, más de novecientas obras, setecientos actores y cuatrocientos autores han colaborado para el Microteatro, extendiéndose a lo largo de cinco países y haciendo crecer una pequeña idea, fomentando el mundo artístico y teatral, dando la oportunidad a muchas personas de actuar y desarrollarse en esto.
Más que solo hacer crecer un proyecto, han logrado honrar a miles de personas y a miles de mujeres u hombres alrededor del mundo. Se ha logrado tratar un tema muy delicado y transmitir un mensaje que tal vez de otra forma no se hubiera logrado hacer, se ha fomentado la cultura, la actuación, el arte y el emprendimiento. El teatro forma parte de un mundo cultural amplio y diverso, nuevos espacios, nuevos tipos de arte y sobretodo nuevos reencuentros con el pasado son los que mantienen intactos lo que comenzó siendo un pequeño proyecto, “Una vez alguien me aconsejo, que por muy pequeño que algo parezca, si para ti es grande, se hará grande ante los ojos de los demás” Veronica Larios. 


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-Madeleine Latona
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