Ángel Carrillo Cárdenas's profile

Un santuario es una obra silenciosa: fotografía

<<Nosotros tenemos, todos y cada uno, una historia biográfica, una narración interna, cuya continuidad, cuyo sentido, es nuestra vida. Podría decirse que cada uno de nosotros edifica y vive una narración y que esta narración es nosotros (…) Si queremos saber de un hombre, preguntamos: ¿cuál es su historia, su historia real interior?>>

Oliver Sacks, Una cuestión de identidad.

*
Me quedé pensando en el problema semiótico. En el animal como un símbolo. En lo que el paisaje —mirar el paisaje como un todo— representa para los animales. Los animales de granja —mal llamados de granja— se han convertido en el paisaje. Es prácticamente imposible mirarlos como individuos si se mantiene la distancia que por lo general se mantiene en la vida de ciudad. Hacen parte de la acuarela: la naturaleza y la industria los han ido absorbiendo. ¿Cómo pensar en un animal de granja como una vida única, valiosa? Al visitar  algunos santuarios de rescate y protección animal me percaté de que en esos lugares se esfuerzan no solo por darles un nombre, sino por dotarlos de una historia vital. Entendí que cuando uno habla de sí mismo, no se describe: se narra. Me quedé pensando, antes de tomar estas fotografías, en el animal como una víctima de la mímesis. Para poder hacer un contrapeso a ese efecto, pensé, debo descontextualizarlos del paisaje. 

Este es un viaje por Suesca, Chía, Zipaquirá y La Calera (Cundinamarca, Colombia) que nos lleva hasta terrenos en los que, aun rodeados de la industria láctea y los mataderos, rescatan y protegen animales de granja. Un ensayo fotográfico que busca la mirada de esos ojos. 
*
*
La mamá de Valarama (el toro de acá arriba) saltó la cerca unos minutos antes de parirlo. Vivía en Guasca, en una de las fincas de la marca lechera más reconocida del país. Fue como si lo supiera: mi hijo, un becerro que no va a producir leche, es basura para esta gente y lo desecharán. Fue como si intuyera que del otro lado estaba Juliana's Animal Sanctuary, el santuario más antiguo de Latinoamérica. Una vez allí, se puso en trabajo de parto. Juliana, la fundadora, tirada sobre el pasto, lo recibió en brazos. Minutos después llegaron unas personas del otro lado de la cerca para llevarse lo que les pertenecía. De tanto llanto por parte de Juliana, le dejaron al becerro.

A la mamá se la llevaron mientras le escurrían unos lagrimones. De ella no se volvió a saber nada. Valarama es hoy, catorce años después, el primer toro rescatado de Latinoamérica y uno de los más viejos del país.
*
*
Los animales incluso han sido despojados de sus corporalidades, de sus formas. Se nos presentan como cortes o presas límpidas empaquetadas y refrigeradas. Los animales son sabores. No podemos ver una mirada, no podemos escuchar una voz. No conocemos sus narraciones. Son cosas. “La organización del derecho —me explicó la concejal animalista Andrea Padilla— siempre se ha dado entre cosas y personas. Los que no son personas son cosas y los que no son cosas son personas (…) Las mujeres fueron propiedad, los indígenas fueron propiedad, los negros fueron propiedad”.
*
<<Un santuario es más que un centro de rescate, es también un centro educativo. Y la meta es que se acaben. Que no los necesitemos>>.
—Juliana Castañeda Turner.
Para leer el texto (en clave de reportaje) completo, clic aquí: 
Un santuario es una obra silenciosa: fotografía
Published:

Un santuario es una obra silenciosa: fotografía

Un viaje por Suesca, Chía, Zipaquirá y La Calera que nos lleva hasta terrenos en los que, aun rodeados de la industria láctea y los mataderos, re Read More

Published:

Creative Fields