La calefacción es responsable del 60% de nuestras emisiones de CO2, y la calefacción del espacio representa cerca de tres cuartos del consumo total de energía en los hogares. Así que calentar correctamente puede ser mucho más respetuoso con el clima que ahorrar electricidad.

Incluso las cosas más simples pueden ayudar a calentar correctamente: sellar las ventanas, aislar los radiadores, ventilar a intervalos regulares y regular la calefacción correctamente. De esta manera se puede ahorrar mucha energía para la calefacción, mientras que al mismo tiempo se disfruta de un clima interior saludable.

Un consejo por encima de todo: la mudanza puede ayudar. Por ejemplo, a un apartamento con una superficie habitable menor, porque el tamaño de la superficie habitable determina fuertemente sus costos de calefacción. O a un apartamento en una casa pasiva o de baja energía.

Calentar bien a menudo significa calentar menos o al menos más conscientemente. No tiene por qué haber 25 grados en tu casa en invierno, cada grado menos ahorra energía de calefacción. Se estima que se puede ahorrar hasta un seis por ciento de energía por cada grado. (Uno se pregunta si esta cifra es realmente exacta - una cosa es segura: ahorra dinero).

La temperatura óptima de la habitación es de unos 20 grados. En el cuarto de baño puede haber 22 grados, pero en otras habitaciones suele bastar con menos: en la cocina, el horno y el frigorífico desprenden calor; en el dormitorio, 17 o 18 grados aseguran una buena noche de sueño, algunas personas prefieren incluso menos.

Por cierto: si tienes frío por la noche, serías más sabio con una bolsa de agua caliente que con una habitación con calefacción.

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Importante: ¡no se trata de tener frío en casa! Pero a menudo no te congelas a pesar de la calefacción, sino debido a ella. El cuerpo se adapta a la temperatura ambiente más alta y no se da cuenta de que la habitación está sobrecalentada.

Además, las habitaciones no utilizadas necesitan poca o ninguna calefacción. Pero: No debería ser mucho más frío que 15 grados en invierno cuando la temperatura exterior está bajo cero. De lo contrario, hay riesgo de moho. Esto es especialmente cierto si hay fuentes de humedad en la casa o en habitaciones frescas.

Las ventanas no tienen el mismo efecto aislante que las paredes. Una buena calefacción aquí significa dejar escapar el menor calor posible, especialmente en invierno. Por eso tiene sentido bajar las persianas después de que oscurezca. Esto puede reducir la pérdida de calor a través de las ventanas hasta un 20% y puede ahorrar en los gastos de calefacción.

Por cierto, cerrar las cortinas también añade un pequeño porcentaje.

La calefacción adecuada sólo es posible con una ventilación adecuada: las ventanas permanentemente inclinadas apenas permiten el intercambio de aire, sólo enfrían las paredes. Una buena ventilación intermitente, por otro lado, ahorra mucha energía y también es buena para la salud.

Muy poca humedad en la habitación seca las membranas mucosas, demasiada humedad promueve el moho, especialmente en paredes frías. Por lo tanto, abra las ventanas completamente varias veces al día durante unos minutos para que haya un completo intercambio de aire, pero antes de hacerlo, baje la válvula del termostato.

Una buena calefacción también significa mantener el calor en la casa tanto como sea posible. Una capa de aislamiento directamente detrás del radiador reduce la pérdida directa de calor a través de la pared exterior. Puedes encontrar mantas aislantes de varios grosores, con o sin revestimiento de aluminio, en las tiendas de bricolaje. (El aluminio refleja la radiación de calor).

Es mejor pedir consejo aquí, porque el aislamiento es una ciencia en sí misma. Pero con un buen aislamiento, la necesidad de calor puede reducirse considerablemente y se puede ahorrar energía.

La calefacción adecuada sirve de poco si parte del calor se escapa por las fugas de las ventanas y puertas. Las juntas en los marcos de las ventanas y puertas se vuelven porosas con el tiempo y tienen fugas. En invierno, esto puede ser muy caro.

Puedes rellenar fácilmente los agujeros con espuma o cinta de sellado de goma (también llamada cinta de sellado de perfil). Puedes conseguirlos en diferentes versiones en cualquier tienda de bricolaje. Importante: ¡Ventilar correctamente!

Asegúrese de que sus radiadores no estén cubiertos, por ejemplo por muebles o cortinas. Los termostatos tampoco deben ser cubiertos. De lo contrario, el calor no puede ser distribuido bien en la habitación y su calefacción funciona más de lo que realmente necesita - esto sólo desperdicia energía.

Los números de muchos termostatos de calefacción no están dispuestos de forma arbitraria. Muestran la temperatura de la habitación con bastante precisión, pero no la temperatura en sí misma. Al mismo tiempo, también te dicen cuánta energía puedes ahorrar.

¿Cómo ajustar la calefacción por la noche y durante el día?

Durante el día, generalmente elige el ajuste 2 a 3 para unos 18 a 20 grados.
Por la noche, en el dormitorio, ajuste el ajuste 1 a 2 para 14 grados (a menudo marcado).
En las habitaciones que no se usan la mayoría de las veces, ajuste de 1 a 12 grados.
La reducción de la temperatura nocturna es controvertida.

Durante el día quieres que haga calor, por la noche podrías teóricamente apagar la calefacción completamente. Pero por la mañana tienes que calentarlo para conseguir un apartamento caliente - que también consume energía de calefacción.

Es cuestionable si tiene más sentido calentar el frío apartamento que calentarlo con un "revés nocturno", es decir, una temperatura más baja, pero no baja. La respuesta depende de muchos factores, especialmente de la masa del edificio y su aislamiento, y sólo un experto puede determinar esto para la aplicación específica.

Pero para tener una regla de oro para usted, proceda de la siguiente manera: En una noche en la que la temperatura exterior es de cero grados, apaga la calefacción completamente. Compruebe la temperatura a la mañana siguiente: cuanto más baja sea la temperatura durante la noche, menos energía ha podido almacenar el edificio o el apartamento, mejor para bajarla de nuevo, es decir, para calentar a una temperatura más baja durante la noche.

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Por cierto: no sólo de noche, sino también de día, se puede bajar la temperatura de la calefacción cuando no hay nadie en casa durante el día - y así ahorrar hasta un 15 por ciento de la energía de calefacción en los edificios de alto consumo.

La calefacción con electricidad es a menudo ineficiente y también bastante cara. Por lo tanto, use calentadores de ventilador, si es que existen, sólo muy raramente. Los calentadores infrarrojos también calientan con electricidad. Por la misma razón, los calentadores de almacenamiento nocturno, que son una fuente de energía derrochadora, no han perdido nada en los hogares modernos, al menos mientras no se tenga electricidad verde.

Por supuesto, en los apartamentos alquilados, poca gente tiene la posibilidad de cambiar algo en el tipo de calefacción.

Los gastos de electricidad y calefacción se cargan directamente en la cuenta mensualmente; los inquilinos suelen pagar un depósito acordado con el propietario o el proveedor de electricidad; la factura anual suele seguir al año siguiente. Esto es conveniente, pero desafortunadamente también lleva al hecho de que rápidamente se pierde la pista de cuánta energía se ha consumido.

Es por eso que tienes que prestar mucha atención a tu consumo. Para los costos de calefacción, puede encontrar valores comparativos. Para el consumo de electricidad, algunas empresas de servicios públicos ofrecen aplicaciones que permiten vigilar su propio consumo. Los medidores de consumo de electricidad están disponibles desde tan sólo 20 euros, y algunos centros de consumo los prestan gratuitamente - indican cuánta electricidad consume un dispositivo.

Gracias a los termostatos de radiador programables, se puede regular de forma óptima el ciclo de calefacción en cada habitación y así ahorrar mucha energía. También puede ser controlado por radio desde un controlador de habitación. De esta manera, las habitaciones sólo se calientan cuando se usan realmente. Siempre tienes una temperatura ambiente agradable y al mismo tiempo ahorras en costos de energía.

Si te vas a la cama, naturalmente apagas primero la calefacción. Pero ahora continúa calentándose por un tiempo, y este calor no es realmente de utilidad para el ocupante.

Por lo tanto, es mejor bajar la calefacción media hora o una hora antes de ir a la cama.

Si hay aire en el radiador, debes sangrar el calentador. De lo contrario, el agua caliente no puede subir en el radiador y la calefacción permanece fría.

Suena muy trillado, pero también es cierto: si quieres sentirte muy caliente, mejor calentar menos y vestirte más abrigado. Sobre todo, mantén tus pies calientes - ¡para que no te congeles tan fácilmente!

Los calcetines de lana y los suéteres abrigados son útiles. Incluso una simple bufanda subjetivamente te hace sentir menos frío, una bufanda más, por supuesto. A la larga, estarás más saludable si no pasas todo el tiempo en habitaciones sobrecalentadas.

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Inevitablemente, este consejo sólo puede ser de naturaleza general. Además, la calefacción y el aislamiento son temas complejos que incluso a los expertos les gusta discutir y compartir sus conclusiones personales para seguir aprendiendo. Si quieres ver los mejores electrodomésticos de calefacción puedes visitar este sitio web: http://www.expertosencalefaccion.com/