Cuesta cogerle el tranquillo, pero una vez que lo haces sólo tendrás que dejarte llevar.
 
Antes de que esta frase salga pronunciada por los labios agrietados de sal de un joven lobo de mar, te dan algunas indicaciones de cómo esperar la ola, subirte a la tabla, ponerte de rodillas, de pie y deslizarte sobre la espuma que te llevará de vuelta a la orilla.
 
Y cuando lo consigues, una sensación indescriptible se apodera de tu cuerpo obligándote a adentrarte en el bravo océano atlántico una y otra vez.
 
Body, Long, Skimmy, Paddle... da igual cómo se apellide este deporte naútico de nombre Surf porque este deporte, esta disciplina marenga, es capaz de reunir cada verano, otoño, invierno o primavera a cientos de adeptos, profesionales o principiantes en las costas del atlántico, desde Tarifa a Sagres y desde Sagres a Fisterre.
 
Muchos se cansan, lo dejan en el primer intento. Otros, abandonan la sensacióin retomándola con la llegada de unas próximas vacaciones. Y, algunos, los que menos, someten a su cuerpo a gélidas temperaturas mientras persiguen por todo el mundo "su ola", la ola que recordarán por siempre jamás.
 
Y si se caen, no pasa nada. Es cuestión de volverse a levantar.
Atlántico Surf
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