En este proyecto se trabajó en rediseñar el casino de la Universidad Católica, campus Lo Contador. Desde sus comienzos este proyecto se formuló de manera muy libre, por lo que en este caso se planteó un casino enfocado en las cosas dulces, como pastelería y cafetería.
La piedra angular de este proyecto se centra en la necesidad de rapidez y portabilidad de la sociedad de hoy y la falta de tiempo de quienes asisten a este campus para sentarse y comer tranquilamente. Es por esto que se propone un casino donde los usuarios compren productos asociados a la ansiedad de los estudiantes, permitiendo una portabilidad adecuada y confortable a sus necesidades. Para lograr eso, se determinó que cada producto tendría la misma forma, permitiendo así tener un packaging más funcional y único.
El proyecto final debió ser presentado en una exposición de casinos, por lo cual se debió instalar un mock up de cómo sería este casino.