Septiembre, 2020. Envigado

 
Edwin Rojas:
                            
                                        En un recorrido por los diferentes lugares donde termina de confeccionar los jeans de su marca, Sexy & Sweet, Edwin, la diva, el hijueputa, constaté que se ha ganado esos adjetivos porque su carácter es así. Además, tiene una personalidad envidiable, única diría yo. Cómo a muchos de nosotros que venimos de familia de estrato medio, a Edwin le ha tocado un recorrido por la vida algo duro, (el asegura que siempre fue y será el niño mimado de papá y mamá), entendió que tenía que buscar las oportunidades para desarrollar su habilidad para la creación de prendas de vestir y poder vivir de lo que le apasiona.
 
Sé que aún sueña con las plumas y las lentejuelas que lo enamoraron al entrar a trabar en este sector económico, y aunque no me lo dijo, debe tener algo en mentes respecto a ello, pues es de esas personas que tienen que llevar a cabo lo que piensan. Así fue que aprendió a diseñar digitalmente. Él no iba a perder la oportunidad de tener un trabajo donde crecería profesional y personalmente por el hecho de no saber usar un software de diseño y creación. Gracias a ese rasgo tan particular que tiene su familia: llevados de su parecer, o en palabras más coloquiales: hacen lo que se les viene en gana; pudo abrirse un camino en el mundo textil desde hace 15 años, por encima de los planes de inesita, su mamá.
 
Como todos sabemos, hacer empresa en Colombia es un tema tedioso y arduo, la burocracia se apoderó de las instituciones nacionales. Y a todo esa papelería debemos sumar el hecho de preferir comprar a marcas extranjeras que a las marcas locales, afectando la economía nacional, ya de por sí aporreada. Pero a diferencia de los demás, que encontramos peros para evadir responsabilidades, Edwin decidió tomar cartas en el asunto y haciéndole caso a las palabras de Richard, su compañero de vida, que siempre fue insistente ante la creación de una marca, hoy puede ver su sueño materializado y sé que luchará para mantenerlo en pie y seguir proyectándolo a grandes cosas.
 
La verdad, fotografiar a La Diva, como le digo de cariño, fue conocer las contiendas que ha tenido con la vida por esa peculiar y única forma de ser. Incomprendido para muchos, odiado para otros y querido por todo el que lo conoce, así definiría a Edwin. Después de esta sesión hay un respeto más profundo por él. También se convierte en uno de los modelos a seguir, gracias a que nunca ha claudicado en ninguna de las tareas que ha desarrollado a lo largo de su vida, ya sean laborales, profesionales o personales. Agradezco que se haya tomado el tiempo de dejarse perserguir por un tipo con dreadlocks y una cámara que sólo quiere aprender a vivir de lo que ama hacer, así como vive sumercé, Edwin Arley.
 
A usted que leyó hasta este punto muchas gracias, a Edwin que siempre ha creído en mí, muchas, muchas gracias por el tiempo que me dedicaste para poder seguir con este proyecto.
 
 Atentamente:
 El Santy






 
Edwin Rojas
Published:

Edwin Rojas

Published: