La arquitectura que buscaba el comitente para su vivienda, se orientaba en torno a la vida social y a la búsqueda de la tranquilidad. De allí que el lugar elegido fueran las sierras entrerrianas.
La casa se organiza en volúmenes de intimidad, con programas públicos y semipúblicos en el ala central, y las habitaciones privadas de los clientes sobre el lateral izquierdo; continuando hacia el jardín, servicio y utilitarios.
La vivienda se concibe en cuerpos en lugar de capas, no sólo físicamente, sino también psicológicamente, como una secuencia de espacios que desarrollan sus funciones dentro de cada límite virtual de su volumen.