El estudio del cuerpo y su relación con el espacio realizado a partir de distintas lecturas y referentes arquitectónicos como la Casa NA, de Sou Fujimoto, donde se propone formas poco convencionales de habitar, me lleva a reflexionar acerca de los distintos límites que proponen una espacialidad y la forma en que estos alteran la acción del cuerpo y viceversa. Esto, a través de experimentación con modelos plegados con material de fácil acceso. Para este ejercicio tenía la intención de generar un espacio conformado por la articulación de límites materiales y límites difusos que permitieran una libre relación entre el cuerpo y el espacio mismo, siempre teniendo en mente acciones como meditar, ejercitar, relajar, leer, reposar, charlar… Es decir, mi intención estaba en que el cuerpo no siguiera un accionar concreto, sino que sus acciones, propiciadas por estos límites, estuvieran contempladas desde su comodidad máxima.
Para llegar allá, se hizo necesario definir estos conceptos. Los límites difusos son aquellos que unen, conectan y relacionan ciertos espacios pero que, a diferencia de los límites materiales, no nos impiden visualizarlos entre sí; también, al estar determinados por los sentidos nos conectan con nuestro entorno. Estos límites propician espacios fluidos, surgen “de una única superficie que en su flexibilidad configura un espacio habitable”, son continuos, flexibles, permeables y homogéneos, no en el sentido de igualdad, sino en el de compartir ciertos atributos; y espacios diáfanos, que son aquellas transparencias por las cuales la luz entra casi por completo.
Para llegar allá, se hizo necesario definir estos conceptos. Los límites difusos son aquellos que unen, conectan y relacionan ciertos espacios pero que, a diferencia de los límites materiales, no nos impiden visualizarlos entre sí; también, al estar determinados por los sentidos nos conectan con nuestro entorno. Estos límites propician espacios fluidos, surgen “de una única superficie que en su flexibilidad configura un espacio habitable”, son continuos, flexibles, permeables y homogéneos, no en el sentido de igualdad, sino en el de compartir ciertos atributos; y espacios diáfanos, que son aquellas transparencias por las cuales la luz entra casi por completo.
La sombra da forma y vida al objeto en la luz. También proporciona el reino del que emergen fantasías y sueños […] En los grandes espacios arquitectónicos se respiran constante y profundamente sombra y luz; la sombra inhala luz y la iluminación la exhala.
-Los ojos de la piel. Juhani Pallasma
-Los ojos de la piel. Juhani Pallasma
Teniendo estos conceptos mencionados claros, decidí pensar en las cosas que los representan. Así, definí que un límite material es un muro, una escalera, un piso, un techo; y que un límite difuso está dado por cristales, espacios entre muros, ventanas e incluso, la luz y su antagonista: la sombra. Estos últimos -la luz y la sombra- claramente delimitan un espacio en la medida en que la existencia de uno o del otro predispone nuestras distintas acciones. Es así como mi modelo de papel plegado es, en esencia, un diagrama donde estos conceptos están coordinados y enlazados para dar sentido al espacio que estaba buscando y que, a mi parecer, logré encontrar.
