En días que dejaron de tener nombre y las horas que parecen no marcar ningún número. Los sentimientos se acumulan, los encuentros se postergan con esperanza de un "cuando todo pase". La rutina es extraña y mi cerebro mantiene una lucha por recuperar el control de esta vida que pasa pero no avanza; solo logra tener el control de este lápiz que usa para mantenerse estable y no caer en desesperación.